Buenos días estimados lectores, siento no haber subido el capítulo que correspondería a la serie semanal de Un bar cualquiera, asimismo del relato de fin de semana. Eso se debe a que, inesperadamente, me regalaron para Navidad un viaje hacia el sur (concretamente Huelva) y bueno, allí es donde vive cierta persona especial para mi (no hará falta ser un genio para adivinar a que me refiero a que mantengo una relación a distancia), además de que hace nada cumplí el segundo año con dicha persona, pero esto no es un blog para hablar de mi, así que no me andaré con rodeos.
El plan es que para el día 5-6 vuelva a casa y prometo ponerme las pilas nada más llegar para que tengáis todos los capítulos y relatos atrasados o, al menos, que no se demoren mucho.
Así que, de nuevo, pido perdón por no haber avisado antes (ya que me fui el 26 y ya somos 30) y, como suelo decir, más vale tarde que nunca. Por lo que pido que, por favor, aceptéis estas disculpas por muy atrasadas que estén.
¡Buenas tardes queridos lectores! ¿Todo bien por ahí? Espero que si. Pero bueno, hoy os traigo lo prometido: una sorpresita prenavideña. Y aquí os la traigo, pues se trata de un relato original que escribí con 9 años (dispensad algunas faltas ortográficas por favor) y para que veáis que es original os colgaré la foto del escrito para que podáis leerlo vosotros mismos.
Aunque bueno, pensé en que esto no bastaría, por lo que os colgaré una renovación de este relato además de especificar ciertas cositas para que no quede tan confuso en algunos aspectos (lo dicho, en mi cabecita está bien claro, pero lo importante es que el lector lo entienda, pero en esa edad como yo lo entendía, para mí era suficiente). Aquí os dejo la nueva versión:
En un mundo de dragones y
demás criaturas mágicas, donde el hombre apenas tenía poder, ni siquiera en sus
propios reinos, nació un niño, un niño humano que más tarde sería capaz de
guiar a sus iguales para tomar las riendas de su civilización y alcanzar su
meta. Dicho joven sería conocido como el Elegido, pues su verdadero nombre se
desconocería debido a que no tendría importancia alguna ya que su importancia
recaería en sus actos.
Aún así, el Elegido
toparía un día con un rival digno. Tan digno y honrado sería, que este no
caería bajo su espada ni la de sus fieles, pues lograría vencerlo. Pero a costa
de algo preciado tanto para él como para su estirpe: su vida. Es por ello, que
en el momento de la verdad, la criatura capaz de derrotarlo deberá observar el
valor de su corazón y plantearse si este realmente se encontraba preparado para
el enfrentamiento pues, si no lo estaba, por mucho que lo intentase, perecería.
Y, es por ello, que muchos ineptos, creyentes de ser la criatura que acabaría
con la tiranía del hombre, morirían en vano.
-¿Qué ocurre, mago?
–Preguntó un consejero de la asamblea Dragonante.
-Se me ha aparecido una
visión.
-¿Una visión? –Preguntó
extrañado el anciano dragonante, que vestía con unas túnicas marrones algo
desgastadas.- ¿Cómo era la visión?
-Mataban a todos. Sin excepción.
Ellos se alzarán de sus mugrientas moradas y adoraran a un único ser, que será
capaz de aniquilar a toda criatura que encuentre a su paso.
-¿Quiénes son ellos,
mago?
-Los humanos. Un hombre
nacerá y, cuando crezca, ya nada importará, pues a todos nos matará. Pero, aún
así…
-¿Aún así qué?
El aún más viejo
dragonante, el cual poseía dotes mágicas y capacidades que otros dragonantes no
poseían, tosió y luego carraspeó, para acabar con su visión.
-Hay un dragón… O más
bien criatura… En este mundo que podrá detener su avance de conquista a costa
de nuestras muertes, pues no será el Elegido que se lo encontrará a su paso,
sino él que se encontrará al joven al suyo y por ello logrará vencerlo. Pero,
desgraciadamente, dicha criatura no está entre nosotros. Aunque, a pesar de
ello, muchos necios creerán poder, yendo al paso del hombre para cruzarse con
ellos, pero es por ello que no lo derrotarán, pues lo habrán buscado.
Tras hablar sin apenas
coger aire para respirar, el brujo cayó al empedrado suelo por faltas de
fuerzas mientras el consejero corría a la asamblea Dragonante, apresuradamente
por traer las nuevas.
Bueno, espero que les haya gustado este pequeña sorpresa que tenía reservada para vosotros como mi regalo anticipado de Navidad. Y añado que para mi, un dragonante, vendría a ser como una mezcla entre humano y dragón, es decir, como un humanoide réptil pero más parecido a los dragones que al resto de reptiles, además de que su parte humana solamente sería en el hecho de llevar vestimentas, tener sociedades y caminar a dos patas para usar las delanteras como manos. Pero aún así, si lo habéis imaginado diferente, dejadlo tal cual: sea libre la imaginación y el poder imaginar.
Aún así, os añado un pequeño dibujo que hice detrás del folio en su momento. No lo recuerdo muy bien, pero creo que simboliza al Elegido guiando a los hombres por la conquista y arrasando con todas las criaturas que encuentran a su paso, en este caso, algo parecido a los dragones/monstruos que dibujaba en esa edad:
Nótese que la armadura del Elegido está escamada, como si fuera de escamas de dragón, además de la corona, que puede ser perfectamente hecha con colmillos de diversas bestias.
Y bueno, aprovecho para decir que ya puse el gadget en la columna lateral derecha. Espero que os haya gustado mi pequeño regalito casero y lleno de recuerdos, así que nos vemos.
¡Buenas tardes-noches queridos lectores! Espero que al menos os hayáis pasado por el link que os pasé, pero os añado en este post otro donde podréis ver las librerías físicas en el que estará mi libro durante la oferta. Según vaya apareciendo en más librerías, sean tanto físicas como online, os iré pasando los links. Además de que en nada intentaré poner un gadget en la barra lateral derecha donde aparezcan mis libros publicados en Bubok.
Pero bueno, volviendo al tema de la entrada de hoy, he de deciros que esta vez el capítulo es bastante corto, pero hay que en el próximo, siendo vacaciones, os prometo que será mejor. Aún así, espero que os guste.
Aquí os lo dejo.
El
silencio se apoderó del lugar. Jack seguía mirándome y James, de tanto en
tanto, le echaba una ojeada. Como si buscara ayuda. Supongo que por ello fue el
primero en romper el silencio.
-Es
una larga historia –empezó-, Matt. Pero si. Era y es real.
-¿Dónde
está?
-Ocupado
–cortó James-. Lo que te explicó en el sueño es verdad, por lo que no puede
permitirse el lujo de tomarse demasiados descansos.
-Aja…
-Bien.
Ahora que todo está aclarado tenemos cierto asunto entre manos que resolver. Y
deberás acompañarnos.
Les
miré con cierto recelo, alzando una ceja. En teoría no sabían mi supuesta
habilidad, solamente que habían logrado hecho perder el control, y querían
mandarme a un lugar desconocido con ellos. Que seguramente sería algún encargo
no demasiado normal.
-Lo
sé –habló James de nuevo-. Pero tranquilo, no será muy difícil.
Jack
confirmó sus palabras y yo solamente suspiré, accediendo a acompañarles.
Salimos
de ese lugar, yendo a la primera sala que había entrado en ese lugar. En una de
las mesas se podía observar al joven de nombre desconocido, leyendo varios
folios y documentos. Jack carraspeó y él ladeó la cabeza para mirarnos y
saludarnos con un leve gesto de mano. Luego salimos.
Al
salir subimos al deportivo de Jack, sentándose James en el lugar del copiloto y
yo detrás de él. El pelinegro puso en marcha el vehículo y salimos rápidamente
de ahí.
Sé que es corto, ya lo dije antes, pero espero al menos que os guste. Además de que como ya he indicado en los próximos habrá mucha más "chicha". Pero es que últimamente, con unos últimos trabajos, el libro y el Trabajo de Recerca (que tengo que finalizar estas vacaciones), no doy abasto por más que me gustaría. Quizá sea por una mala organización, no lo negaré. Aún así, prometo que este fin de semana (si encuentro una cosita) os haré una pequeña sorpresa prenavidades.
Como siempre, podéis votarlo, compartirlo y opinar lo que os venga en gusto y como prefiráis.
¡Buenas tardes queridos lectores! Hoy me adelanto a la entrada que tocaría pero no para subir algún relato o capítulo de Un bar cualquiera por adelanto, sino por unas nuevas.
He publicado mi primer libro: Un mundo de sombras: El oscuro amanecer, que es la primera parte de una saga. El link os llevará directamente en donde se vende, que es Bubok. Pero bueno, os pongo a continuación la portada del libro y debajo la sinopsis, además de informaros que en el link os podréis descargar gratuitamente las primeras 22 páginas.
"Pesadilla o realidad, ¿qué más dará? Mira a tú alrededor, humano,
mira y dime qué diferencia ves. ¿Acaso tus pesadillas
se diferencian mucho a esto?".
Alex no podía imaginarse que todo lo que conocía se derrumbaría con
la llegada de los seres, pues ¿quién iba a intuir sus verdaderas intenciones?
Nadie. Nadie podía. Y eso, estimado lector, fue lo que logró desatar las
pesadillas en la tierra misma para que sembraran su oscuridad.
¿Qué os parece? ¿Llama vuestra atención la sinopsis? Espero que si. Además, por si no fuera poco, aquí os cuelgo un panfleto que ando poniendo en varios locales:
Deberéis pulsar encima para que se vea mejor, pero el grupo de Tuenti, Facebook y el Twitter (además del mío) subirán la imagen. En este panfleto indica que habrá un descuento del 10% en formato papel y un 15% en formato digital para ordenadores y ebooks. Así que en lugar de costar 15.50€ y 3.50€, costará 13.95€ y 3€. Esto solo será hasta el 27 de diciembre, así que aprovechad cuanto antes.
Aún así, os mantendré informado de las próximas novedades sobre la novela, la saga y demás. Y si, esta era la pequeña sorpresa que tenía para vosotros que dejé caer hace algún tiempo (no sé si lo recordaréis).
Pero bueno, si os gusta como escribo y os interesaría ver a nivel más amplio (novela) o regalarlo a alguien que le guste la lectura, será un placer que lo compréis, además de que os lo agradecería. Y esto es todo por ahora, os mantendré informados como dije antes.
¡Buenos días estimados lectores! Hoy os traigo un relato que presenté por los concursos entre usuarios de Bubok, solo que un pelín cambiado y creo que corregido. Aunque antes os he de informar que para el lunes o el martes seguramente tenga una pequeña sorpresa para vosotros y espero que os guste.
Pero bueno, avisando previamente, hay que estar atento a la lectura para poder seguir el hilo sin perderse (cosa que ha sucedido con algunas personas), pues no es un texto sencillo. Pues el tema principal es la manipulación del tema y, por ello, no es fácil de leer. Pero si lo lográis comprender entero y haceros el esquema y la imagen del orden y la línea cronológica del relato, me sentiré orgulloso. Además de que vosotros podréis disfrutar mucho más de la lectura. Y, como en algunos relatos utilizo la cursiva pero todos los publico en cursiva, lo que haré será poner negrita donde iría la cursiva, porqué muchas veces dicha palabra en cursiva suele ser importante.
Aunque no me iré más por las ramas y os dejaré ya el relato. Espero que os guste y recordad prestar atención.
Sabía perfectamente que vendría a por mí desde el primer momento en que lo hice. Derrotar a sus versiones pasadas no me aseguraba la victoria. Solamente me daba más tiempo.
¿Te preguntas quién soy yo? Raro que a estas alturas no lo sepas. Vendrás de un futuro después de mi muerte o, quién sabe, quizá de un pasado en el que aún no he existido. Pero te responderé, curioso inquilino. Yo soy el amo y señor de lo que ahora estás viendo, has visto y verás. Incluso de lo que nunca llegarás a ver. Pues, querido inquilino, yo soy el Hegemón de todo lo que concierne a este Universo.
Siéntate, no tengas miedo. No muerdo… demasiado. Te contaré como logré llegar hasta esta posición. Te contaré como, yo solo, logré engañar a esos bobos guardianes y les arrebaté el control. Te lo contaré, sin ningún compromiso por ello. ¡Eh! No, no te inquietes. No te mataré por saberlo, me gusta que se conozca mi historia. Al menos… antes de que desaparezca.
Desde que nací supe perfectamente que tenía una función especial dentro de este mundo que habitábamos, pues ahora es inhabitable debido a la contaminación prologada a lo largo de los años. ¿Cómo lo supe? Mi mente privilegiada estaba atrapada en el cuerpo de un infante. Pero tenía paciencia, mucha, y el tiempo estaba a mi favor.
Cuando pude manipular bien los objetos con mis pequeñas manos, simplemente me encargué de que mis padres no fueran un estorbo para mis propósitos. No, no los liquidé. ¿Qué clase de loco eliminaría a sus progenitores? Solamente los neutralicé.
Manipulando el reloj central de la relojería que tenía mi padre, logré detener el tiempo completamente en todo el globo. Pero dicha tarea fue difícil, así que no lo logré hasta que mi cuerpo físico adquirió los diez años. Aunque una vez hecho fue coser y cantar.
Mi mente privilegiada, que recordaba mis vidas, todas sus experiencias, todos sus conocimientos, me proporcionó la información para llamarlos y, mientras no venían, no los esperé sin más. Fui construyendo mis propias máquinas, a pesar que el material de este planeta fuera pobre y no diera para mucho en ese momento me fue de mucha utilidad.
El planeta ya llevaba parado en el tiempo cinco años. Yo había crecido, mi tiempo físico no se había detenido, pero el resto del mundo seguía igual de joven que el primer día. Para que, pasado un año más, por fin viniesen. Por lo visto se habían hecho de rogar.
Cuando se presentaron les dejé las pistas suficientes para que me encontraran; habían carteles de mi rostro por todas partes, por lo que solo debían seguir el orden cronológico de su colocación para dar con mi posición. Se supone que es una tarea de niños para ellos y no me defraudaron. Pero esperaba que fueran más perspicaces…
No tardaron en llegar al almacén donde estaba metido, sentado en un sillón de cuero, esperándoles. Cosa de la que me enteré a través del chivatazo de un viejo conocido.
Al llegar se encontraron todo a oscuras, pero avanzaron sin miedo. Estúpidos. Para cuando se encontraban en el centro del almacén encendí la luz. Eso los cegó y probaron a detener el tiempo, pero allí ya estaba detenido. Yo lo había detenido. Por eso en ese tiempo solamente mandaba yo.
Esbocé una sonrisa. Ellos se sorprendieron de que su plan no funcionara. Luego me vieron y, sus caras, se convirtieron en una mueca de puro terror.
Pulsé el botón, reactivando el tiempo y, las máquinas que les rodeaban y que previamente había programado para disparar a un objetivo, hicieron su sencilla labor. Masacraron a esos dos ingenuos. Aún así detuve el tiempo antes de que les hicieran papilla y caminé hacía sus dos futuros fiambres.
Les arranqué de sus gélidas manos los relojes que poseían y les miré directamente a los ojos. Que desgracia el hecho de ser un Guardián del Tiempo. Te pueden congelar físicamente pero para tu alma seguirán corriendo los años, viendo lo que tus ojos te permitan ver. Y, los suyos, vieron como un niño de dieciséis años sacaba una pistola, les apuntaba, y les reventaba la cabeza en pedazos. Sin ni siquiera mancharse, debido a que la sangre estaba tan congelada en el tiempo como ellos.
¿Algo duro quizás? No. Eso fue solamente el inicio.
Ya disponía de sus aparatos para, no solo controlar el tiempo, sino también viajar a través de él. Además contaba con una ventaja, conocía a mi enemigo y, él, no me conocía a mí. Todavía.
¿Qué hice después, preguntas? Veo que te ha entrado curiosidad. Proseguiré.
Fue sencillo, fui viajando por los distintos tiempos, dejando la Tierra congelada, eliminando los Guardianes del Tiempo en sus tiempos pasados. Antes de ser seleccionados como tales. En algunos casos, antes siquiera de ser planificados para ser procreados. Sí. Maté a infantes, a padres y madres. Sí, también a mujeres embarazadas. Y a familias enteras.
¿Qué? ¿Si me arrepiento? No seas bobo, inquilino. Todo sea por la hegemonía del Universo. Bajo mi mandato.
Llegué, en una ocasión, incluso a provocar un genocidio. Destruyendo el planeta natal de esos guardianes. Pero a esos no podía matarlos en el pasado, sino mi plan nunca hubiera funcionado en el presente. Eso lo hice en el futuro, claro está.
Pero nunca llegaría a saber en qué tiempos y espacios estaba infiltrado un Guardián del Tiempo. Por eso mi yo del futuro se encargó precisamente de buscarlos y me mandó una lista a mi yo del pasado para que ahora, en la actualidad, ya estuvieran todos liquidados.
Sé perfectamente que el tiempo tiene sus reglas. Sus normas. Y que no deben ser quebrantadas inquilino. ¿Pero acaso tú has seguido siempre todas las leyes al pie de la letra? Además, contando que era por una buena causa: Hegemonizar el Universo. No me mires así, ambos sabemos que tengo razón. Pero déjame continuar.
Sí, llegó el momento en que no quedaba ningún guardián con vida. Todos estaban muertos y mis manos futuras, pasadas, presentes manchadas de sangre temporal. Pero no me importaba, ahora ya podía aprovechar la hegemonía lograda bajo mi único mandato y poder temporal. Yo era, y sigo siendo, el dueño del Tiempo. Y nadie más ha conseguido arrebatármelo. Ni siquiera esas escuadrillas idiotas.
¿Cuáles, preguntas? Te responderé con gusto.
El Tiempo no es tonto del todo, así que al ver que se le había manipulado al antojo de alguien, creó el Don. Sí, el Don. Una capacidad que aparecía en unas pocas personas que les permitían viajar al pasado, pero sin poder regresar al futuro. Cosa que les hacía correr un gran riesgo, pues debían vigilar todos sus actos. Se hacían llamar los Restauradores del Tiempo. Y a mí me llamaban el “Aniquila Tiempos”. Y bueno, tuvieron parte de razón… Aniquilé su tiempo.
Sólo tuve que capturar a uno, que lo hice con mis propias manos al venirme a la mente un recuerdo de mi yo pasado donde uno de ellos lo intentaba matar y, mis progenitores, lograban salvarme. Querían aprovechar que aún era un infante, pero no podían matarlos a ellos, podrían cambiar y alterar el Tiempo, convirtiéndose en "seres como yo". Cosa que se suponía que odiaban y tenían prohibido.
Pues bien, una vez el recuerdo afloró en mi cabeza, viajé a ese tiempo y lo capturé. Luego conseguí que cantara y, los recuerdos que tuve al ver como lo decía todo, hicieron que desapareciera al rato. ¿Cómo? Sencillo. Mi yo futuro recibió los datos y, sencillamente, se encargó de que nunca nacieran. Si, cree otra paradoja en el Tiempo. ¿Pero qué más daría? Era el señor y amo de éste. Estaba incluso por encima de él.
Pero supe que algún día acabarían mis días cuando recibí la nota de mi yo futuro. Una nota sencilla y clara. El Fin del Tiempo.
Por lo visto, mi enemigo, al que utilicé para obtener la hegemonía del Universo y mi cargo como su Hegemón, decidió sacrificarse para derrotarme. Acabando, no solo con él y conmigo, sino con todo. Y, debido a esto, no sólo se convirtió en mí al querer eliminarme en el futuro con una medida tan drástica que incluso yo hubiera tomado, si hubiera sido necesario, eliminando en el pasado a los Guardianes del Tiempo. Sólo que él resultó ser más estúpido. En lugar de programar su fin en el pasado, para que esto nunca hubiera pasado, lo hizo en el futuro.
¿Cuándo es, preguntas? Dentro de dos horas, inquilino. Aunque desde el inicio que supe mi cometido en este lugar, tomé el riesgo de que, al quebrantar las leyes del Tiempo, éste, tarde o temprano, lograría el método para reparar su error. Aunque fuera radicalmente.
¿Y por qué no me preocupa? Es fácil, porqué aunque el Tiempo se acabe, habré ganado. Te habré ganado. Pues ahora es mi Tiempo y no el tuyo, inquilino.
Bueno, ¿habéis podido seguir bien el hilo y comprender el relato al 100%? Espero y deseo que si, al igual de que os haya gustado. Añado para deciros que pretendía colgar la entrada esta mañana, pero me tuve que ir a hacer un trabajo y lo dejé en un borrador, por eso os lo cuelgo ahora. Aún así disculpad la tardía hora. Os añado aquí, al final, una pequeña canción que me encantó nada más escucharla como la canta Malukah (si, si, acabo de hacer un poquitín de publicidad, pero canta de una manera..). Pero bueno, me despido ya.
¡Buenas noches estimados lectores! Sé que es un pelín tarde, pero es que hoy he tenido que hacer un examen aquí en casa (sí, sé que es un chollo, pero no era precisamente fácil). Pero dicen que lo bueno se hace esperar (ego por doquier), así que ahora os colgaré el capítulo que toca. Además de que supongo que ya habréis visto la nueva sección, la portada de la serie (espero que os guste) y el gadget en la barra lateral derecha para ir directamente a la sección correspondiente (por si os encontráis leyendo un capítulo que lleguéis antes al listado que ir subiendo y bajando). Aunque también he pesado en añadir links en cada entrad que ponga "Capítulo siguiente" - "Capítulo anterior". Pero bueno, ya veré.
Así que no os haré esperar mucho más de lo que ya habéis esperado y os dejo el capítulo titulado "Azul marino". Espero que lo disfrutéis.
Los
latidos de mi corazón iban acelerados, al igual que mi respiración, que
incitaba a mi boca coger todo el aire posible y soltarlo rápido continuamente,
como si me estuviera ahogando.
Mis
ojos, abiertos como platos, se deslizaron hacía arriba de esa gentil sonrisa,
buscando la mirada del tipo que tenía frente a mí.
-Tranquilo –dijo con un tono suave-. Lo que te
está sucediendo es normal. Aún no te has acostumbrado. Sería raro que lo
estuvieras.
Su
melodiosa voz entraba fácilmente en mis oídos, pero no lograban calmarme. Ni
mucho menos después de haberlo visto morir delante de mí a quien ahora tenía enfrente. Es más, lo había matado yo mismo. No entendía nada y, eso, hacía que mi
inquietud creciera, juntamente a mi nerviosismo y sensación de ahogo.
Puso
una mano sobre mi cabeza y cerró sus ojos. Yo abrí todavía más los míos, al
mismo tiempo que intentaba coger más aire con la boca. Pero parecía que el
aire no quisiera entrar, así que mis ojos se deslizaban de una punta a otra,
buscando algún lugar sin saber bien que pretendía encontrar.
Intenté
levantarme, pero mi cuerpo parecía estar completamente congelado y, el hombre
de delante, tampoco se movía.
En
cuando noté que se me escapaba el poco aire que me quedaba todo volvió a la
normalidad. Por lo visto solo había pasado un segundo.
-Creo
haber descubierto algo importante, Jack.
-¿Importante
para qué? –Logré gesticular al haber cogido de nuevo aire, cosa que consiguió
tranquilizarme lo suficiente como para aventurarme a preguntar.
-Para
todos.
Una
puerta secundaria dentro de la estancia se abrió al cabo de un rato, cuando ya
había logrado serenarme y el tipo se me había presentado con el nombre de
James. Por ella entró Jack, que miró directamente al canoso sin reparar en mí,
para preguntarle sobre el qué. Él simplemente le respondió que debíamos
hablarlo los tres, en una mesa tranquilamente. Por lo que se levantó y salió
por la puerta, dejándome a solas con Jack durante unos instantes antes de echarme una ojeada e irse por la puerta que había entrado.
Me quedé ahí quieto, esperando alguna indicación y, al poco rato, se abrió la
puerta. Pensé en Harry, pero resultó ser Jack que asomaba la cabeza preguntándome si
pensaba venir.
Afirmé
con la cabeza lentamente y me levanté para salir de allí y entrar en otro habitáculo,
el cual era más pequeño y tenía una mesa metálica parecida a las de oficina con
cuatro sillas del mismo material y estilo. Me senté delante de James, estando
en diagonal con Jack.
-Sé
que estarás confundido por lo ocurrido antes. Tu sueño y el recuerdo dentro de ese sueño.
-¿Así
que fue todo un sueño…?
-Sí.
Podría decirse.
-¿A
qué te refieres exactamente?
-No
fue del todo un sueño. La parte del recuerdo se podría decir que sí, ya que eso fue algo personal tuyo. Aunque el
resto ya no.
-¿Así
que has indagado en mis recuerdos, James?
-Eso
es lo de menos.
Mantuve
la serenidad, callándome a pesar de que me hubiera provocado de nuevo la rabia que
había sentido hacía él en ese supuesto sueño.
-Lo
importante son las reacciones –soltó Jack-, Matt. No lo vivido.
-Tsk.
Sigue.
-Bien.
Todo sucedió dentro de tu cabeza, provocado por mi don.
-¿Así
que me diste el lujo de reventarte la cabeza?
-En
parte sí, en parte no. Yo cree la escena, luego se desarrolló según los
acontecimientos. Pero lo más importante es que te dejaste guiar por unos
instintos incorrectos.
-No
pretendemos ser tus enemigos, Matt.
-Continúa.
Carraspeó
un momento.
-Seguramente
las cosas hubieran cambiado bastante en una situación real, pero quise hacer el
lugar lo más “manso” posible. Pero no
me andaré con rodeos; quería averiguar cómo te comportarías en determinadas situaciones.
Es decir, intentaba manifestar tu don, pero me ha resultado imposible. ¿El por qué?
Ni idea. Quizá el listado sea erróneo a pesar de que Jack defienda que no, pero
sea lo que sea, no está a mi alcance psíquico por el momento. Eso sí, procura
controlar un poco más tu genio.
-Descuida.
¿Y ahora qué?
-Si
dejaras tu defensiva apartada por un tiempo quizá podríamos hablar con mayor normalidad.
Guardé silencio un largo rato, pero al final recapacité, ya que estando en la
situación que me encontraba, lo más estúpido que podía hacer era lograr su
enemistad. Además, por ahora no habían hecho nada con mala fe. Jack
defendía su ideal en ese supuesto listado y James era algo huraño por
naturaleza. Aunque aún desconocía mucho sobre el joven que nos recibió, sin
olvidar otro hecho.
-Harry…
¿Era real?
Bueno, bueno, bueno, lo dejo aquí por el momento. Espero que os haya gustado y siento el retraso (además, la entrada la quería subir a las 0h, pero con los últimos retoques del capítulo, la intro, el final, etiquetas y demás... se me ha alargado. Lo siento.) Aún así ya sabéis que podéis opinar y demás, sin olvidar de que compartirlo y votar el blog nunca viene mal. Pero me despido ya.
¡Buenas tardes estimados lectores! Esta vez si que no me retrasaré con el relato correspondiente al fin de semana. Aunque he de admitir que me he tomado un pequeño respiro y tonto de mi, ahora tengo acumulado todo.
Pero bueno, el relato que hoy os traigo está escrito ahora en un momentito. Creo que haré eso de tanto en tanto, chasquear los dedos y dejar que surja de mi mente lo que haya en ese momento y escribirlo. A ver si os gusta también mis improvisaciones, aunque sé perfectamente que todo depende de la inspiración en estos casos y, por ello, habrá relatos mejores y otros de peores. Pero espero que nunca consideréis ninguno como "malo".
También he estado pensando en abrir alguna pequeña sección donde suba algunas de las canciones (básicamente soundtracks, si no lo son todas...) que más me han gustado, y creo que gustarían, para escribir algún relato o alguna parte de ese. Aunque eso ya se verá.
Otra cosa que he pensado es que, al haber jugado estos días un poco a un juego llamado Spore, intentar usar el creador de criaturas de este juego para moldear muchas de las que caminan y rondan por mi cabecita, paseandose de arriba abajo. Alguna vez para acompañarlas de un relato, otras de su historia y, otras, simplemente de una descripción y explicación, además de si fueron planteadas para algún relato. Pero eso ya lo miraré y seguramente sería en el mismo hueco de los relatos de fin de semana, el de miércoles-jueves de la serie semanal no lo tocaré.
Pero bueno, volviendo al relato, espero que os guste y disfrutéis de la lectura.
El columpio iba disminuyendo su velocidad, deteniéndose, en mitad de ese
solitario parque y esa también solitaria tarde. No hacía mucho que había
empezado a ponerse el sol, causando la oscuridad del lugar. Aunque las luces
blanquecinas de las farolas que había por la calle iluminaron de nuevo ese
lugar gracias a su tenue brillo.
Puso los pies en el suelo, cosa que no había hecho desde que subió encima
de ese pequeño y oscuro asiento. Antes solía ir al balancín, pero desde que él
no estaba allí no era lo mismo. Ni siquiera visitar ese parque que hicieron
suyo, reparándolo y construyéndolo ambos. Juntos.
No tenía demasiadas cosas, pero la sencillez del lugar hacía que fuera más
especial. Hasta que ocurrió ese infortunado accidente automovilístico, donde le
perdió. Por culpa de alguien que más tarde salió impune.
Apretó los dientes. Apretó con más fuerza las cadenas que había en sus
pequeñas y delicadas manos. Pisó con más fuerza el suelo.
Estaba cabizbaja, con la mirada oculta por la sombra de su cabeza causada
por un pequeño farol que había a su espalda. Un ligero brillo se deslizó por su
blanquecina mejilla hasta la barbilla, donde se precipitó a la arena del suelo.
Tras ese diminuto destello, más gotas húmedas y resplandecientes, por contraste
a la perlina luz, fueron bajando, lentamente.
Odiaba lo que había sucedido. Siempre se preguntaba el porqué y nunca obtenía
respuesta. Aunque lo deseara desde lo más profundo de su alma. Aunque deseara
que las tornes se hubieran intercambiado. Pero por mucho que deseara, lo
sucedido no cambiaría.
Se levantó, sin ganas de hacer nada a excepción de llorar y, por ello, le
brotaba una rabia interna. No quería llorar, prometió no hacerlo. Se lo
prometió. Pero fue una promesa que nunca pudo cumplir.
Otra vez su mente se preguntó cómo podía haber ocurrido tal cosa. Porque la
dejó sola a pesar de todas las promesas. Miró al cielo, enfadada. Pero algo, pequeño
y frío, hizo disipar todas esas ideas de su cabeza.
Un pequeño copo blanco de nieve había tocado su pequeña y fina nariz,
haciendo que se volviera agua por su calor corporal. Después de ese, más copos
pequeños empezaron a caer del cielo y un arrepentimiento invadió su ser
mientras sus ojos grandes y azules centelleaban levemente debido a que seguían
húmedos.
Se preguntó cómo le había podido culpar de abandonarla si nunca lo quiso
hacer. Otra lágrima se deslizó mejilla abajo. Se preguntó también cómo le había
podido acusar de abandono, pues nunca la había abandonado.
Espero que os haya gustado el relato "instantáneo". Ya sabéis que podéis opinar aquí abajo, comentar qué tal o compartirlo. Hay un gran número de posibilidades y ninguna restricción. Así que adelante, que no muerde. Pero bueno, nos vemos en la entrada que tocará para el siguiente capítulo de la serie.
¡Buenos días estimados lectores! ¿Qué tal todo en este puente? Siento no haber subido nada ni el miércoles ni el jueves, despiste y que un servidor en un pequeño momento quería tomarse algún respiro. Pero os prometo que el material que os traigo para este nuevo capítulo no os defraudará.
También quería decir, que en parte estoy ayudando a un amigo con su historia y blog (acaba de empezar en este mundillo y claro, necesita una mano, por lo que eso me ocupa tiempo). Ya os pasaré su blog (que es todo una historia continua) en el que le ayudo un poco con las ideas y la estructura del texto cuando ya tenga algo más avanzada la historia.
Pero no nos vayamos por las ramas, el capítulo que hoy os traigo continua con las acciones de Matt. ¿Qué hará después de haber matado al tipo que tanta rabia le hacía? ¿Cómo actuará delante de Jack? ¡Todo esto lo descubriréis en este capítulo!
Mis
manos temblaban, al igual que todo mi cuerpo. Jack tenía razón, ¿cómo podía
haber hecho tal cosa? Pero lo hecho, hecho estaba.
Otra
extraña sensación recorrió mi cuerpo. Seguía con el miedo y el temblor, pero el
haber acabado con ese tipo, una sensación de poder también floreció en mi
cuerpo.
Sabía
que no debía descuidarme de las rarezas de Jack, ya que solo vi la garra que
poseía. Pero a pesar de ello una pequeña sonrisa se formó en mi rostro.
-¿Qué
estás pensado, Matt?
-Oh,
no tengas miedo…
-Matt,
mantén la calma. El asunto se te ha ido de las manos.
Quizá
tuviera razón y debía calmarme, pero una voz interior me decía que debía acabar
con lo que había empezado. Además, Harry seguía allí observando, sin decir
nada. A lo mejor tenía su consentimiento. A lo mejor él también quería esto.
Sin
dudarlo caminé lentamente hasta Jack. Él se levantó.
-Detente
–me decía.
-¿O
sino qué? –le respondía.
-Matt,
este no eres tú.
Cuando
estuvimos lo suficientemente cerca vi como sus dos manos se habían transformado
en garras. ¿Se sentía amenazado? ¿Quería atacarme a traición? La rabia acabó
por tomar el control y le asesté un puñetazo. El puñetazo que Richard nunca
llegó a darle.
Iba
a devolverme el golpe con un arañazo directo de sus garras a mi pecho, pero con
un pequeño salto atrás lo esquivé, viendo como su lenta mano fallaba y acto
seguido alzaba la vista, mirándome sorprendido.
En
parte también me sorprendí yo por mi rapidez y la lentitud de Jack después de
haber visto su actuación el primer día en mi bar. Pero no desaprovecharía la
ocasión.
Velozmente
lo cogí del pescuezo y lo empotré contra la pared, para asestarle unos cuantos
puñetazos y rodillazos mientras de reojo observaba a Harry mirándonos con
indiferencia.
Hice
mal por mi parte, porqué me distraje y Jack casi me desgarra la cara, haciéndome
una fea marca en el rostro de la cual no paraba de salir sangre. Eso me
enfureció más y empecé a ahogarle mientras una tercera sensación recorría mi
cuerpo, como si viera lo que sucedía desde tercera persona. Desde los ojos de
Harry.
Y
mi cuerpo, tras acabar con su víctima, iba hacía él descontrolado. Hacia mí.
Para asestarle un fuerte cabezazo y dejarlo inconsciente. Dejándome a mí también.
Acto
seguido desperté, levantando la cabeza de golpe y mirando a todos lados. Seguía
en la sala de antes, sentado en la silla delante del tipo de ojos azules.
Lo
miré, extrañado y desorientado por lo sucedido, pero él sonrió amablemente. Cosa
que me confundió todavía más. ¿Qué diablos acababa de suceder?
Espero que os haya gustado. Y el enigma sigue ahí, incluso Matt lo dice claramente: ¿qué acaba de suceder? ¿Era un sueño? ¿No lo era? ¿Harry es real? Todas estas preguntas y más las descubriréis la semana que viene en el capítulo correspondiente. Pero mientras tanto podéis compartirlo con vuestras amistades, votar el blog o indicar que os parece el escrito.
¡Buenas noches queridos lectores! Sé que es algo tarde ya, pero dicen que lo bueno se hace esperar... A ver si consideráis que es verdad.
Hoy, o más bien esta noche, os traigo la continuación y final del relato "Camino al infierno" con la segunda parte. Espero que no os defrauden los acontecimientos. Las imágenes de mi imaginación no lo hicieron, espero poderlas expresar para que a vosotros tampoco.
Informando sobre mi estado, ya me encuentro muchísimo mejor, aunque el moqueo siga siendo persistente, pero se puede llevar sin problemas. Además de que sigo mirando el HTML para intentar corregir lo de las reacciones (aunque ya sabéis que la oculta es "melancólico") y he puesto un complemento más en la barra lateral derecha donde, con un único clic, votaríais el blog dentro de una web de blogs españoles.
Pero es tarde y tampoco son horas, así que os dejo ya con la continuación y conclusión del relato. Espero que os guste.
Ya habían cruzado dos
largos y silenciosos pasillos y no había ni rastro de esas bestias, exceptuando
los cadáveres esqueléticos de los que habían habitado la colonia. Número nueve
era silencioso, cosa que en un principio agradeció Kilian, aunque a la larga lo
era demasiado y, eso, también le ponía de los nervios. Llevaba días
incomunicado y suponía que él también, ¿entonces por qué no entablaba
conversación? Bufó y pisó una calavera, rompiéndola en mil pedazos.
-Este lugar parece
interminable –empezó Kilian.
-Según el mapa solo
quedan unos pocos metros más para llegar a la próxima sala.
-Me alegro. ¿Recuerdas el
plan?
-Perfectamente.
-Así me gusta. En caso de
que aparezcan de golpe –narró de nuevo-, tú te pones al frente disparando y yo
en la retaguardia encargándome de los que sobrevivan a los disparos.
-Te dije que lo recuerdo.
Calló, por no decirle más
de una cosa ofensiva, y giró a la derecha, yendo al último pasillo.
Según se acercaban un
creciente olor a azufre y podredumbre impregnaba el lugar, obligando a número
dos que cogiera alguna pieza de ropa de algún cadáver para usarla de pañuelo.
Debido a que el pasillo se
iba oscureciendo, solo tuvieron como iluminación la luz verdosa del casco de
número nueve y la espada láser. Aunque al final del pasillo se divisaba una luz
anaranjada, como las de emergencias.
Poco a poco, con calma,
fueron avanzando. Sin darle importancia a los sonidos de los goteos de tuberías
rotas ni a los chasquidos de los huesos y piedras que pisaban.
Una vez cruzado el portal
observaron la inmensa sala que se encontraba a sus pies, pues estaban situados
en un pequeño balcón con un puente metálico que iba al otro lado. El recinto
debía ser una zona de excavación, ya que se encontraban diversos instrumentos
para esa función. Observando con más detenimiento, número nueve señaló un
montón de cuerpos apilados debajo del puente, entre sus cimientos, cercanos a un
gran hoyo que se encontraba al lado de uno de los pilares centrales.
De tanto en tanto, algún
que otro engendro salía del agujero, cogía uno de los cadáveres y se lo cargaba
a la espalda para meterlo en la cueva. Kilian trazó un nuevo plan: iban a volar
la madriguera de esos bichos.
Cruzaron lentamente el
puente pero un paso demasiado pesado de número nueve resonó por todo el lugar
gracias al eco. Las criaturas que había en el suelo no tardaron en alzar sus
cabezas y mirar hacía su posición.
-Mierda…
-Disculpa el tropiezo, no
volverá a ocurrir.
-¡Claro que no, estúpido!
¡Corre hacía aquí y vamos a acabar ya con esto!
Número dos echó a correr,
seguido por número nueve, que era algo más lento. Las bestias empezaron también
a correr, hacía ellos. Trepaban las columnas más cercanas, clavando sus garras
con ansias, y ascendían rápidamente. A número nueve no le dio tiempo a llegar
al pilar del agujero. Se le habían echado encima.
Kilian maldijo a lo
bajini y dudó en si ir o no, pero luego recapacitó: él le había salvado el
pellejo antes y, además, tenía las municiones. Así que, nada más pensarlo,
corrió hacía allí disparando hasta agotar la munición, causando algunas bajas
entre esos animalejos y que otros se centraran en él. Sin dudarlo, cogió un par
de dagas de su cinturón y las arrojó a las cabezas de dos que se aproximaban,
matándolos en un rápido y letal golpe.
Estando a punto de llegar
uno se lanzó hacía él, pero Kilian tenía buenos reflejos y, gracias a eso,
activó la espada láser y lo decapitó. Luego fue matando y quitando de encima de
número nueve el resto. Su compañero apenas se movía y tenía diversos arañazos
por todo su cuerpo, haciendo que sangrara, aunque levemente. Su armadura le
habría salvado la vida, pero había perdido la mitad del brazo izquierdo.
Le extrañó que no
sangrara y revisó el brazo aprovechando que las pocas criaturas que quedaban se
habían dirigido al agujero, aunque sabía que eso solo significaba que en breve
llegarían más. Al analizarlo vio que el brazo era robótico, así que decidió
hacer un escáner completo del cuerpo de número nueve, utilizando un dispositivo
que le hacía una silueta del cuerpo por debajo de la armadura.
Por lo visto número nueve
era un ciborg, teniendo casi todo el cuerpo robotizado. Solo le quedaba la
mitad derecha de la cabeza y el torso como partes humanas, además de los huesos
de ambas piernas, que estaban robotizadas a modo de mejora. Desgraciadamente la
mitad humana de su cabeza parecía tener una fractura, haciendo que se mostrara
inactiva en el escáner. Su parte humana había muerto, pero no por este ataque,
sino desde hacía tiempo. Días, quizá. Por lo visto, lo único vivo que quedaba
en su cuerpo era la parte robótica que contenía algunos conocimientos de su
parte humana para hacerlo más aceptable entre la especie. Aún así, era muy
objetivo y centrado en las cosas pues, al fin y al cabo, era una máquina que
emulaba ser un hombre pero solo era eso: una máquina.
Tras el análisis, al
escuchar un gruñido proveniente de la gruta, dio un golpe fuerte al pecho de
número nueve, reactivando el reactor que tenía como corazón y haciendo que se
levantara de golpe.
-Ya sé tú secreto, número
nueve. Pero tranquilo, eso me ha dado una nueva idea.
-Entiendo. ¿Cuál es el
nuevo plan, número dos? Es decir, Kilian.
Esta vez no le reprochó
lo del nombre, sabía perfectamente que su cerebro vivo a base de chips hacía
todo lo posible por parecer humano. Eso provocó una pequeña sonrisa triste en
el rostro de Kilia, apiadándose de la condición de número nueve.
Le indicó que se
levantara y que fuera al frente, que los animales esos volverían donde había caído,
así que él se quedaría más atrás para ir matándolos en caso de que avanzaran. Número
nueve debía ir al pilar central y montar allí un soporte metálico con los
materiales y suministros que le quedaban para que aguantara su peso.
Así que volvieron a
correr de nuevo hacía la posición del primer plan. El robot sin mirar atrás y
el humano observando como las bestias surgían del hoyo para trepar e ir donde
antes habían estado. Cuando llegaron y no vieron nada empezaron a rastrearles,
encontrándoles finalmente y corriendo a cuatro patas hacia ellos. Kilian los
esperaba y había dejado un par de minas por el camino, haciendo que explotaran
en mil pedazos sin que el puente apenas se dañara. Aunque solo logró liquidar a
un par.
Cuando le quedaban unos pocos
metros para alcanzar a número nueve, quien ya estaba montando el soporte a base
de fundir armas pesadas que ya no tenían munición con un pequeño lanzallamas,
uno de los bichos más enormes saltó encima de Kilian, tirándolo al suelo.
Número nueve le miró por
un momento, pero tenía la función de acabar el soporte y, como buen semirobot,
lo primordial era finalizar su obligación. Kilian rápidamente atravesó la
cabeza del atacante con la espada, antes de que ese le arrancara la suya de un desgarro,
y se puso en pie de nuevo para llegar hasta su compañero.
Una vez allí, cogió la
cuerda metálica de su cinturón y se ató al soporte, para luego con el resto,
atar al robot. El plan era descenderlo a una altura segura de las bestias y que
soltara todos los explosivos, sellando la gruta que no debió excavarse jamás,
para luego volver a subirle. El poste era para ayudarle a aguantar el peso, además
de que así podría ir matando a los que se acercaran.
Número nueve empezó a
descender lentamente, lo suficiente lejos de la columna como para que no le
cogieran. Mientras, número dos cargaba las últimas municiones de sus armas
según disparaba a los que se acercaban.
Cuando el autómata llevaba
la mitad del descenso la munición se acabó, obligando que el humano luchara
cuerpo a cuerpo, atravesando, cortando y degollando a todos los que se le
acercaban y manchando todo de su azulada sangre. Aunque cada vez eran más en
número y tamaño, además de la cantidad que salía del túnel.
Número nueve iba mirando
de arriba para abajo, observando a Kilian luchar con los seres que emanaban en
mayor cantidad del agujero y como perdía terreno. Acercándose más al borde. Sus
pensamientos humanos parecieron resurgir momentáneamente de entre todos los
datos y no dudaron.
-Adiós –dijo-. Kilian.
-¿Qué…? –Miró hacia abajo
después de matar a otro engendro-. ¿¡Qué haces!? ¡No! ¡Detente!
Número nueve había sacado
una pequeña daga y cortaba el cable que les unía. No tardó demasiado en lograr
su objetivo y caer al vacío mientras se quitaba el casco, sonriéndole y
poniendo su mano derecha en el pecho, donde se abrió una ranura para introducir
sus dedos y girarla. Poco después las ranuras empezaron a brillar de color
verde esmeralda y, en unos segundos, cuando su cuerpo entró por completo en el
agujero, haciendo que muchas criaturas fueran a por la presa, un brillo cegador
emergió del túnel, haciendo que el resto de criaturas ignoraran a Kilian y
fueran allí.
Una vez entraron todas se
escuchó una ensordecedora explosión y la gruta quedó sellada por siempre. Con
número nueve dentro, quien se había sacrificado sobrecargando su reactor
nuclear para usarse él mismo como detonante.
Espero que os haya gustado y cumpla con vuestras expectativas. Si queréis saber que pasó con Kilian, lo añadiré en la presentación de la entrada del próximo fin de semana. Pero bueno, ya sabéis que tenéis diversas opciones al final de cada entrada, además de ahora poder votar el blog. Así que nos vemos.
Buenos días queridos lectores. Hoy me encuentro mejor, pero los días anteriores (martes a jueves) si que estuve para el arrastre, francamente. Espero recuperarme por completo este fin de semana, pero tranquilos, si nada va mal os subiré la continuación y desenlace del pasado relato (Camino al infierno).
También me preguntaba qué os parecía el hecho de que pusiera a veces algunas de las canciones que me da por ir escuchando y, a veces, para inspirar alguna parte de algún relato y demás o, simplemente, para hacer más fluida la lectura de los textos. Pero bueno, si no llegan opiniones al respecto seguiré como ahora: haciéndolo de tanto en tanto, sin abusar tampoco. Aunque he pesado en añadir al blog alguna lista de soundtracks que pegarían o quedarían bien con algún relato. Pero eso ya se vería más adelante.
Pero no me alargaré más, que no estamos para ello; ni yo por como me encuentro ni vosotros después de haber retraso con la entrega (que francamente he pensado en hacer algún dibujito cuando tenga tiempo para ponerlo en caso de que vuelva a ocurrir, pero de momento hay demasiadas cosas por hacer).
Así que bien, os dejo aquí la continuación de la última parte de Un bar cualquiera. Disfrutadla.
La
luz de la habitación conjunta me cegó por unos instantes, pero mi vista se
adaptó fácilmente y clavé la mirada hacía el lugar de donde percibía que me
observaban. No fallé, allí estaba el desconocido de pelo canoso observándome de
nuevo. Aunque esta vez su mirada no logró bajar mi guardia. Y, al devolverme la mirada, sonrió como si se
hubiera dado cuenta de ello.
Lentamente
giré la cabeza hacía la izquierda, ya que el tipo estaba sentado frente a una mesa, y en el otro
lado se encontraba Jack invitándome a acercarme y tomar su asiento. Sin
dudar ni un instante fui hacía allí y me senté donde me indicaba mientras él se
sentaba delante de mí, al lado del otro. Solo nos separaba una pequeña y algo
estrecha mesa metálica.
-Querrás
respuestas –se aventuró Jack.
-Sí.
-Normal,
después de todo…
-Me
has dicho que me darías respuestas.
-No
te sulfures –dijo el peligris-, Storm.
Le
dediqué una mirada de reojo y sonrió de nuevo, como si se burlara de mí al no
descubrir lo que me ocultaba.
-Tiene
razón –Jack reclamó de nuevo mi atención-, deberías tomarte las cosas con más
calma. Y más en estas situaciones.
-¿Qué
situaciones? Hasta el momento has matado a uno en mi bar,…
-Eso
es lo que tú crees… -murmuró a lo bajini, apenas perceptible, por lo que casi
no escuché lo que decía y seguí hablando.
-…mi
querida Alice ha desaparecido aunque decís que sabéis donde está, habéis dicho
también que no soy humano y de momento sólo tú, Jack, pareces no serlo y,
finalmente, me habéis dejado KO a saber por cuánto tiempo.
-Shh…
-¿¡Cómo
que “shh”!?
Me
levanté de inmediato, tirando la silla atrás y haciendo que cayera por el suelo,
mientras daba un fuerte golpe con las manos sobre la mesa. Mis ojos estaban
fijos en el extraño, aunque en el fondo todos lo eran.
Al
fondo, aún en la puerta por la que había llegado allí, estaba Harry, observando
toda la situación sin decir nada. Como si analizara todo lo que se iba
sucediendo. Como si fuera un simple juego.
-Siéntate
y relájate.
Las
palabras de ese hombre me hartaban cada vez más. Aunque parecía haber una lucha
interna en mi cabeza como si en parte quisiera hacer caso a sus órdenes, pero
por otra quisiera asestarle un puñetazo y descargar toda la ira. Seguramente
sería una disputa entre lo que era lo correcto y el instinto, así que al final decidí
decantarme por lo correcto y me giré para recoger la silla.
Al
agacharme vi como sonreía, con su característica sonrisa pícara de medio lado. Una
sonrisa triunfante. Eso colmó el vaso.
Cogí
la silla tranquilamente y, cuando la tenía alzada, se la lancé directamente a
la cabeza de ese tipo.
Una
extraña sensación invadió mi cuerpo, pero fue leve. Como si me hubiera pasado
un escalofrío en el que solo había ocupado uno de mis parpadeos. Un parpadeo en
el que formé una pequeña sonrisa al ver como la silla iba disparada hacía mi
objetivo y, el proyectil que había lanzado, acertaba de lleno. Incluso me
pareció verlo en cámara lenta debido a la euforia del momento.
Pero,
cuando la silla metálica chocó contra su cabeza, aplastándola contra la pared y
manchando todo de sangre, incluso en parte a Jack, el miedo empezó a apoderarse
de mí.
Miré
a los ojos de Jack, pero estos solo me transmitían un mensaje: ¿cómo se me había ocurrido hacer tal salvajez?
¿Qué tal? ¿Os gustó? Espero que si y, vale, siendo franco.. ¡me encanta dejaros con la miel en la boca! Prometo no hacerlo... siempre, pero alguna que otra vez más si. Ahí está la gracia del escritor: que deje con ganas de más al lector. Pero bueno, ya sabéis que podéis opinar, votar, compartir, enviar y muchas cosas más. Nos vemos en uno o dos días si todo va bien.
Buenas noches queridos lectores, siento no haber subido el relato todavía, pero es que estos días ando con una gripe de tres pares de narices y eso me está impidiendo, entre muchas cosas, el poder centrarme en los relatos. De veras que lo siento.
Nada más encontrarme mejor prometo que subiré la continuación de la serie y, por si aún me encuentro mal, el relato que tocaría al fin de semana, pero es que un servidor está con unos ataques de tos y moqueo además de fiebre que raramente baja de los 39º (y si lo hace ronda por los 38'7º o por ahí) y apenas he podido incluso concentrarme en los exámenes que he tenido hoy a las dos primeras horas y a saber los de mañana... Pero bueno, no es plan de que os vaya sermoneando todo.. Así que lo dicho: cuando pueda subiré los relatos que queden atrasados y, de nuevo, pido disculpas por el retraso. Lo siento..
¡Buenas tardes queridos lectores! ¿Todo bien? Espero que si. Como dije os haré un pequeño spoiler sobre la serie semanal, pero pequeñito, así que no esperéis demasiado y, por si alguien no quiere leerlo, lo pondré en una letra algo más pequeña y de diferente letra.
Pues bien, en este pequeño avance os digo que se descubrirá más cosas sobre el peliblanco, además del pasado de Matt y su desconocida condición. Sin olvidar que se revelarán ciertas cosillas sobre el porqué de las habilidades y clasificaciones como humanos y no humanos. Pero todo esto lo veréis en ese capítulo, no lo explicaré por aquí. Será la serie quien lo explique.
Bueno, dicho esto, ya lo veréis el próximo miércoles/jueves si no ocurre nada que me impida subir el capítulo (ya sabéis que me excusaría lo antes posible). Y vamos ahora con el relato de hoy.
Es un relato futurista, ciencia ficción, que habla sobre cierto accidente en cierto lugar, cosa que descubriréis al leerlo. Además otras pequeñas cosillas que iréis viendo. Dicho relato tiene una continuación, es decir: lo divido en dos (ya que es bastante largo). Pero la continuación (que es más corta) dependerá de vosotros, los lectores, para variar. Y, por si os interesa, abajo del todo os dejo un pequeño soundtrack con el que hará la lectura... más intensa, emocionante.
Pero no me andaré con más rodeos y ya lo pongo. Espero que os guste.
Las garras arañaron su
armadura, dejando una marca profunda, pero no lo suficiente para dañar al
portador, el cual dio una patada a la bestia, lanzándola hacia atrás. Luego dio
un rápido corte, partiéndola en dos, y escupió al cadáver.
Estaba sólo en ese lugar.
Todos los demás habían muerto o eso parecía, ya que no obtenía respuesta del
otro grupo.
Miró al frente, viendo como
más criaturas se acercaban por el estrecho pasillo, y maldijo el momento en que
aceptó la misión.
Casi todas sus armas de
fuego estaban agotadas. Las baterías que tenía no podía malgastarlas, eran su
sustento vital para que el corazón siguiera bombeando y su cabeza activa en
caso de recibir un golpe fatal. Su cuerpo estaba cansado, pero la adrenalina le
mantenía en pie.
Llevaba horas, días,
semanas en ese espantoso lugar. Y, en ese tiempo, solamente había visto como
esos seres se iban llevando las vidas de sus compañeros, uno a uno.
¿De donde aparecieron?
¿Por qué vinieron? No sabía la respuesta, simplemente sabía lo que las noticias
habían dicho antes de ser llamado para la misión: la colonia número 47 había
sufrido un ataque desconocido de unos atacantes también desconocidos. Solo hubo
un superviviente y, este, tras contar lo sucedido murió la primera noche en que
lo hospitalizaron. Dijeron que las pesadillas lo mataron. Pero él sabía que no
era así, sino que debió hablar demasiado.
No dudó y, al primer
engendro que se lanzó hacía él, con las garras por delante de sus fauces, le
disparó de lleno en el rostro con una de las pocas armas aún con munición. Su
cara, si es que se le podía decir así la parte delantera de su mollera, solo
constaba de una enorme mandíbula que ocupaba casi toda la pequeña cabeza y unos
pequeños orificios que serían sus ojos. Además de que por encima, yendo de allí
hasta el final de su abdomen, tenía diversos pinchos, aunque no eran demasiado
afilados pues lo comprobó con su equipo al escanear el primero que mataron.
El animal cayó al suelo,
con el cráneo reventado por el laser. “Siempre a la cabeza. En caso de duda,
siempre a la cabeza” les habían enseñado y, aunque no siempre funcionara, en
esta ocasión no se equivocaron. Solo que a los más grandes había que estallarles
también el torso, sino seguían atacando. A ciegas, pero seguían atacando.
El resto se dirigió hacía
su posición, tanto por las paredes como el techo, además del suelo. Eran como
unos bichos escurridizos que nunca acabas por exterminar.
Rápidamente cogió una de
las plataformas circulares de su cinto, pulsó el botón del medio, y la lanzó
frente a la entrada pentagonal. Nada más tocar el suelo se activó un escudo
azulado hasta los límites de los muros. Esos seres no dudaron y siguieron
avanzando, lanzándose de lleno a la zona azulada.
Los primeros la lograron
traspasar, pero muertos. Ese muro artificial daba una corriente eléctrica en la
parte de quien lo tocara y, como el ser lo traspasó, lo electrocutó entero.
Friéndolo vivo.
El punto negativo es que
ese dispositivo absorbía demasiada energía. Y él la necesitaba.
Pasaron cinco más después
del primero. También muertos. Pero el dispositivo empezó a brillar de color
rojo, indicándole que empezaría a alimentarse de las baterías del usuario
debido a que las del aparato ya se habían vaciado.
Por eso, él, activó la
defensa sólida. Haciendo que la pared eléctrica traspasable se volviera
consistente, dejando almacenada allí la electricidad. Haciendo que fuera
rompible.
Las criaturas empezaron a
embestir la defensa, llevándose descargas, mientras el pelilargo activaba su
espada que constaba con un filo láser. Lo bueno de esas armas es que no
gastaban su energía. Por ello tarde o temprano se vería obligado a usarlas.
Arriesgándose a recibir más arañazos como el primero que marcó su armadura.
Pero estaba preparado.
Escuchó unas pisadas
detrás de él, haciendo que se girara instantáneamente. Pero no por peligro,
sino por alegría. Eran pasos de otro de los suyos, algún superviviente del
segundo grupo, ya que en la primera bifurcación se vieron obligados a separar
el grupo inicial en dos debido a lo amplia que era la colonia.
En su hombro se podía ver
claramente el número nueve, número que tenían los que se encargaban de las
armas pesadas y las municiones.
En su mente agradeció al
Todopoderoso que le mandara una ayuda dentro de ese averno.
El desconocido le saludó
alzando la mano y él le señaló con el pulgar la acumulación de criaturas en el
pasillo. El otro afirmó con la cabeza rápidamente y no tardó en llegar y poner
a punto una ametralladora pesada que empezó a disparar nada más romperse el
escudo.
Los seres cayeron como
moscas, reventados por la lluvia de balas que estaban recibiendo. Manchando
todo de su sangre azul celeste.
Los que lograron
sobrevivir a tal ataque fueron atravesados por la espada láser.
-Pensé que todos habían
muerto –dijo quien portaba la espada mientras se limpiaba la sangre de su
frente.
-Número siete fue uno de
los primeros en caer –dijo con una voz algo metálica, debido al casco que
llevaba puesto-, por ello perdimos la comunicación. Yo también pensaba que
estaba sólo.
-Gracias a Dios llegaste
a tiempo, no me quedan apenas recursos.
-Entiendo, luego te
suministraré lo que necesites número dos. Ahora debemos asegurar un perímetro y
acabar con la misión.
-Kilian, mi nombre es
Kilian –se presentó el experto en lucha-. Estando en este abismo no creo que
importen las designaciones. ¿Así que cuál es tu nombre?
-No estoy autorizado para
revelar mi identidad, al igual que tú. Número dos.
-Llámame Kilian.
-Como quieras, número
dos. Si quieres que te apode Kilian, lo haré. Pero no esperes lo mismo de mi
parte.
-En fin… -escupió al
suelo-. ¿Cuál es el plan?
-Tu deber es encargarte
de eso. Kilian. Los número dos no solo luchan. También planifican.
El tipo lo sacaba de
quicio, ahora entendía porque le mandó con el otro grupo. Pero aún así le
indicó que pusiera cargas explosivas en el pasillo por el que había venido y en
el que ahora cruzarían ya que, por lo visto, aunque él fuera el último
superviviente no quedaban más bestias de esas en la zona de la que vino. Y, en
caso de fallar, esas criaturas no saldrían del lugar accidentado.
Número nueve obedeció y
puso los explosivos, sincronizándolos con las baterías de emergencia aferradas
a sus latidos. A los de ambos, por si uno de los dos moría que el otro pudiera
escapar y detonarlo desde fuera. Tras eso, Kilian recibió los suministros y se
inyectó un energizante en el cuello para recuperar fuerzas ahora que su nivel
de adrenalina había disminuido.
Sin perder más tiempo, se
pusieron en marcha. Atravesando ese largo y oscuro pasadizo. Yendo directamente
a las fauces de las bestias.
¿Os gustó? Espero que si, tanto como a mi escribirlo. Además de que opino que leerlo con la canción hace que se intensifique la escena, pero eso es a gusto de cada uno. Como el hecho de que a mi muchas veces me gusta escribir escuchando música (mejor soundtracks que canciones, francamente. Aunque desconozca de donde sea dicha música). Así que bueno, ya sabéis; si os gusta podéis votarlo, compartirlo, expresarlo y todo lo que queráis. Y me despediré ya.