Hoy he
soñado que estaba contigo, otra vez. He soñado que te amaba, que me querías, y
que inundábamos nuestros cuerpos de caricias. He soñado que recorría tu piel
fina con la yema de mis dedos, saboreando tu tacto con ellos, mientras una
ligera sonrisa rompía tus comisuras. He soñado que tu cuerpo, suave, se
moldeaba en mis manos, adaptándose, como el mármol al escultor y que encajaban,
mis huecos con tus miembros, durante todo el proceso.
Hoy he
soñado que nos encontrábamos, otra vez. He soñado que te quería, que nos
amábamos, y que los besos inundaban esos recovecos tan difícil de verlos por
culpa de las cicatrices del tiempo. He soñado que tu espalda se posaba en el
suelo mientras tus labios se separaban y, con un suspiro, rompían tu garganta…
según mis dientes marcaban tus pechos que, endurecidos, sólo pedían más y más
mordiscos. He soñado que nos apretábamos, nos arañábamos y luego nos besábamos,
acariciándonos y lamiéndonos aquellas heridas que, inocentemente, nos
producíamos.
Hoy he
soñado contigo, y con tu cuerpo, otra vez. He soñado que hacíamos bellos
cuadros de poesía, con nuestro afecto, sin ni siquiera ser conscientes de ello
mientras, a lo lejos, nos desvanecíamos en un sueño.
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