lunes, 25 de marzo de 2013

Lluvia

¡Buenos días, queridos lectores! Ayer volví de Londres, pero fue a las tantas, por lo que no pude subir nada nuevo, ni siquiera el capítulo de Un bar cualquiera y además mañana mismo me vuelvo a ir de viaje aprovechando la Semana Santa, volviendo el domingo (que seguramente estaré con familia, como el lunes y todo eso...) por lo que solamente podré subir algún relatillo suelo si tengo algún momento para hacerlo, como estoy haciendo ahora mismo.
Pero bueno, como dije que subiría un relato del móvil, eso haré aunque ya esté en casa. Por lo que si se cuela alguna palabra rara (por culpa del "corrector") disculpadme, aunque me lo revisaré mil veces antes de darle a publicar.
Y aquí os dejo ya con el relato, escrito un día en el tren dirección a Barcelona y que, a lo mejor, si no se para algo de atención puede tener algún que otro momento confuso, pero aún así espero que disfrutéis de esta lectura.


Afuera llovía, levemente. Algunas gotas golpeaban el vidrio de la ventana y se deslizaban hacia abajo debido a la velocidad del vehículo. Otras, cuando éste se detenía y abría sus puertas, chocaban contra el encharcado suelo mientras una fría brisa recorría todo mi cuerpo. Pero eso ocurría en un trasfondo. Pues mi mirada se centraba únicamente en la ventana de enfrente, perdida entre el millar de cosas que pasaban ante ella. Ignorando el oscurecido y triste cielo que producía aquella llovizna. Ignorando el grisáceo día que había conquistado el cielo desde toda la mañana.
Mis pensamientos iban más allá. Se sumergían entre esas nubes, ese cielo, esa lluvia, y se preguntaban el significado de todo esto. No de la lluvia, no de la tormenta, sino de la vida, de la existencia.
Se preguntaban qué fin tenía todo, cuál era la finalidad de nuestra presencia. Cuál era el sentido de la vida, y el de la muerte. Por qué no recibíamos señal alguna que fuera verdadera y fiable de nuestra misión, por qué debíamos seguir con este proceso llamado "vida" si no había nada oculto al final de ésta.
Preguntas, cuestiones y demás que invadían mis pensamientos mientras mi mirada estaba perdida. Pero en unos segundos, cuando de repente pareció aclararse todo, iluminándose mi rostro y con los ojos centelleantes saboreando la obtención de la respuesta, el pitido del tren me apartó de mi trance, indicándome que ya había llegado a mi parada y que debía darme prisa antes de que cerrarán las puertas, sino llegaría tarde a mi estudio.
A pesar de haber estado tan cerca de obtener la respuesta.


Bueno, tengo que admitir que el relato está escrito con influencia de los pensamientos que circulaban por mi mente ese día en el tren, así que viene a ser un relato-reflexión, más que un relato propiamente dicho, aunque espero que aún así os haya gustado la narración y ya sabéis que podéis opinar, comentar, compartir y demás. Incluso si tenéis un tema preferente para que escriba un relato, me lo plantearé y si me gusta, quizá suba un relato en el blog con el tema, situación o demás que habéis propuesto. Pero bueno...


¡Un saludo y hasta la próxima!

miércoles, 20 de marzo de 2013

La verdadera sinceridad

¡Buenas tardes queridos lectores! Mañana, a las 6:30, me voy ya para Londres (viaje de fin de curso de 2º de Bach.), y no volvería hasta el domingo (tarde, muy tarde). Cosa que impediría que pudiera subir el capítulo de un bar cualquiera el fin de semana, así que lo aplazaré al siguiente si no se produce ningún imprevisto (digo imprevisto por el hecho de que será Semana Santa, vacaciones, y no sé todavía si iré hacia algún lado, por eso). Pero como sé que os hago esperar muchas veces, durante este viaje y estas vacaciones prometo no dejaros sin nada. ¿Que cómo lo haré? Sencillo, muchas veces cuando me viene la bendita inspiración o alguna idea y me pilla fuera de casa y sin papel y bolígrafo a mano... escribo en la aplicación de "Notas" del móvil y ahí se quedan (por los siglos de los siglos). Por lo que, gracias a esto, subiré en el viaje al menos uno de los relatos que están en mi móvil y haré la entrada desde allí (por eso seguramente no me extenderé demasiado y la subiría por la tarde-noche o de buena mañana, ya que el resto del día... será un no parar de un lado a otro). Así que bueno, prometo al menos subiros un relato como compensación del capítulo que no podrá ser.
Pasando al segundo punto, relacionado con el viaje, desde el móvil no sé si podré publicar la subida del nuevo relato al Facebook, pero si podría avisar mediante un tuit, así que estad más atentos al Twitter que al Facebook estos cuatro días, porqué este si que no fallará.
Como tercer punto, he de decir que estoy reutilizando Wattpad, si, pero no para subir cosas nuevas, sino solamente para subir la serie semanal, pero capítulos que ya están en el blog, así que tranquilos, el blog siempre tiene prioridad ante todo (excepto fragmentos de escritos que no vaya a hacer públicos totalmente, entonces Facebook manda).
Y como cuarto y último punto, pero que creo que es el más importante o que más os puede interesar en el momento: el relato. Sí, que ya os dejo leer el relato (o más bien microrrelato) tranquilamente. Pues eso, ya está todo dicho y ahora a disfrutar con esta narración que escribí el otro día en un momento de algo de indignación, por lo cual entra en el "género" de "relatos espontáneos", ya que lo importante es cuando se escribe y lo que transmite (eso no significa, como bien sabéis, para añadir faltas ortográficas y demás, eso es un error  que no tiene excusa posible dentro de la escritura a no ser que sea un lapsus momentáneo). Pero bueno, aquí os lo dejo:


Ahí estaba yo, en mitad del suelo de ese oscuro callejón, tirado de cualquier manera encima de un rojizo charco que se iba diluyendo gracias a la lluvia que empapaba el suelo y hacía que la mugre manchara mi húmedo y frío cuerpo.
Sí, estaba muerto.
Pero no había muerto de cualquier manera, no señor. Había sido asesinado. Porqué, os preguntaréis. Pues la razón es sencilla: hablé demasiado. Pero no, no os confundáis. No hablé como en las películas de gánsteres, policías corruptos o presos, nada de eso. Cuando digo que hablé demasiado, sencillamente, me refiero al hecho de que fui demasiado sincero para esta sociedad en la que vivimos.
Cómo puede ser eso, quizá también os preguntaréis. “Vivimos en la época de la verdad”, algunos afirmaréis. Otros, directamente, pasaréis de continuar escuchando mi relato alegando que soy un simple mendigo más que ha muerto, alguien sin nombre, alguien sin importancia. Pero para quien quiera escuchar la razón de mi desdicha, prometo que su visión del mundo actual cambiará por completo…
Dicha razón fue la sinceridad. Os volveréis a preguntar, cómo es eso posible, pues bien queridos oyentes. Hay gente en el mundo que solamente es capaz de escuchar elogios, por muy patéticos o fingidos que sean estos. Hay gente que no sabe encajar una crítica, por muy acertada que sea. Y, esa gente, si se conoce y tienen un enemigo común, a veces es capaz de hacer cosas inimaginables.
Y así es como sucedió; de camino a mi hogar, dichas personas se aliaron, para tenderme la emboscada y, cual al antiguo emperador romano, las dagas volaron hacia mí. Atravesando mi cuerpo con un millar de puñaladas. Pero no fue eso lo que me mató, pues rápidamente todos huyeron y yo caí al suelo, moribundo. Y ahí fue donde morí, desangrado, en un callejón alejado de todo, mientras el sonido de la lluvia y los truenos ahogaba mis alaridos y súplicas de ayuda.
Y todo eso por una sencilla razón: ser verdaderamente sincero.


¿Os ha gustado? Como dije antes, lo importante es imaginar y recrear los hechos y ponerse en la situación, imaginar las cosas, más que lo que hay escrito, ya que la intención de muchos "relatos espontáneos" es que la imaginación del lector brote en la historia, pero imaginando lo que el escritor pretende narrar con pocas palabras. Así que bueno, si he conseguido eso, entonces se podría decir que mi objetivo con éste tipo de relatos ha tenido éxito. Y, como siempre, ya sabéis que podéis compartirlo, valorarlo, comentarlo, opinar, etcétera, etcétera de mil y una maneras (vale, quizá no tantas, pero hay muchas opciones). Así que venga, no seáis tímidos, que me gusta tener opiniones, valoraciones y demás más allá de los correos electrónicos que suelo recibir. Pero bueno, aún así...

   ¡Un saludo y hasta la próxima!

miércoles, 13 de marzo de 2013

¡Dejadme despertar!

¡Buenas noches queridos lectores! Hoy os traigo otro sueño que tuve. Concretamente esta mañana cuando estaba medio despierto - medio dormido y que han sido los primeros tuits que he publicado en Twitter. Aún así, para quien no los haya leído o, simplemente, para quien quiera releerlo pero todo narrado mejor y repasado como hago con los sueños relatados antes de publicarlos en el blog, aquí lo podréis encontrar.
¡Pero antes de eso tengo que notificaros algo importante! El jueves de la semana que viene me voy a Londres de viaje de fin de curso y no volvería hasta el domingo (tarde, muy tarde) y dependiendo de las notas no sé si el lunes siguiente o el martes viajaría a cierto lugar (muy especial para mi, siendo francos), hasta el siguiente domingo o, incluso, hasta el lunes. Es por ello que si tengo tiempo publicaré el siguiente capítulo de Un bar cualquiera por anticipado, pero como podréis ver algunos que me sigan en Twitter tengo exámenes por doquier (y aun gracias que encuentro tiempo para escribir), así que intentaré hacer lo que pueda. Aunque al menos ya he cumplido al avisar, pero eso si, una vez finalizada la semana santa o por ahí ya os digo que el blog volvería a funcionar con total normalidad.
Bueno, una vez hecho el comunicado, aquí os dejo el sueño de hoy.


Un sonido extraño me obligó a abrir los ojos y mirar mi mesilla de noche. No sabía qué era exactamente ese ruido, pero cuando miré el teléfono móvil me sorprendí; una enanita, como si de una duendecilla se tratara, estaba encima del aparato e iba bloqueando éste siempre que se encendía para que sonara el despertador y, así, me despertara.
Yo, curioso, bajé mi cabeza y le pregunté (consciente de que mi cuerpo real seguía dormido) "¿Por qué haces esto? ¿Por qué no quieres que me despierte?", a lo que ella me contestó con una fina y chillona vocecita "¡Estoy enfadada! Estoy enfadada porque, el tonto de mi novio, se ha atrevido a pedirme matrimonio en un restaurante muy triste con un anillo muy barato. ¡Mira que cutre puede llegar a ser!". Yo, extrañado, pensé en qué culpa tenía de eso, pero continuó hablando: "Y si tú no lo arreglas... ¡No dejaré que te despiertes nunca!", me amenazó.
Yo, que no tenía nada que ver con el asunto y sabía de más que si no me despertaba llegaría tarde a clase, la cogí del cuello del jersey, por la parte de atrás, y la puse frente al enanito que parecía algo tristón y, con un tono algo mosqueado, les repliqué "Ahora casaos, sed felices ¡y dejad de tocarme la moral!". Ambos enmudecieron inmediatamente y se miraron.
Por mi parte, volví al móvil, lo cogí y observé como sonaba el despertador. Despertándome.

Quizá os preguntéis qué pasó al final con esos dos. Pues francamente no tengo ni idea y tampoco me importa demasiado, no era mi problema.


Bueno, ¿qué os ha parecido? He de admitir que es la primera cosa que escribo directamente en el blog, sin usar word previamente ni nada, únicamente los cuatro tuits en que publiqué el sueño esta mañana. Nada más. Así que bueno, si os ha gustado, podéis comentarlo, opinar, valorar y demás abajo, como siempre. Y, francamente, este sueño casi podría escribirse como un cuento, quizá me lo plantee en un futuro. Quien sabe, pero tranquilos, ya os informaría sobre el caso. Pero bueno, me despido ya y espero que os haya gustado.


¡Un saludo y hasta la próxima!

sábado, 9 de marzo de 2013

Un bar cualquiera - Recordando (II)

¡Buenos días queridos lectores! Es sábado, sigo enfermo, pero creo que ya me he acostumbrado a esto. Ni idea. Pero bueno, no dejemos que esta maldita fiebre me impida publicar relatos y capítulos en el blog. Por lo que, como toca, hoy os cuelgo de buena mañana la continuación del capítulo anterior (os dejo el link por si no lo habéis leído todavía). Además, seguramente use un poquito más Wattpad (que lo tengo algo abandonado, francamente) y cuelgue ahí también la serie semanal (pero claro, solo sería algún que otro fragmento, porque lo que me interesa es el blog, no Wattpad. Sí, pondría el típico "para leer más, dale al siguiente link" o algo por el estilo. Ya veré).
Pero bueno, como he dicho, os dejo con el capítulo que toca y, por último, espero que disfrutéis de la lectura.


La imagen volvió a desaparecer poco a poco, haciéndose pedazos hasta quedarme de nuevo en ese habitáculo blanquecino. Mis mejillas estaban húmedas y sentía un extraño dolor en el pecho. Harry me llamó y ladeé levemente mi cabeza.
-Matt, algunos recuerdos pueden ser dolorosos… Pero no te dejes llevar por las emociones o la cosa se podría poner fea.
-Acabo de ver como ha muerto mi madre –le reproché, todavía sin girarme-. Y como yo tuve en parte la culpa.
-Eras un niño, no podías hacer nada…
-¡Aún así! ¿¡Por qué a mí no me ocurrió nada!?
-Eso es lo que vamos a investigar, Matt. Pero para ello debes calmarte.
Respiré hondo y le indiqué que ya me había calmado. Él asintió con la cabeza y volvimos a mi escuela. Por lo visto creía que ahí debía haber algo que se me escapaba de mi entendimiento.
Harry, con el recuerdo detenido, empezó a observar detenidamente toda la clase. Como si buscara alguna pista, alguna señal. Por mi parte, yo seguía observando a mi yo pasado y, un destello en su mirada, hizo que me entrara la curiosidad, por lo que me acerqué y puse mi mano sobre su mejilla.
-¡Matt, no!
La voz de Harry provino del fondo, pero cuando me giré para observarle el lugar se había vuelto a despedazar y estaba en mi cuerpo de niño otra vez. Solamente que esta vez estaba delante de mi nuevo hogar, en mitad de la mudanza con mi padre.
Esta vez no escuché la voz de Harry en mi cabeza, pero supuse que debía dejar que el recuerdo fluyese con normalidad, como en el accidente. Pero algo extraño sucedía. Yo estaba quieto en la calle, observando a mi padre como cargaba y descargaba las cosas del camión en silencio junto a dos trabajadores de mudanzas, pero todo iba rápido. Muy rápido. Y mi cuerpecito seguía ahí quieto, observando.
Hasta que una mano tocó mi hombro y me giré. Era mi padre que me indicaba que la cena ya estaba servida y que entrara ya, debido a que empezaba a refrescar.
Por lo visto, en unos segundos, había pasado de la mañana a la noche y, al entrar, el piso ya estaba casi completamente amueblado.
Fui a la nueva cocina y me comí la cena precocinada lentamente, mientras mi padre volvía a moverse rápidamente. Pero no sólo él, sino todo alrededor: la noche se iba volviendo más oscura, las noticias del televisor eran apenas entendibles debido a la velocidad en la que hablaban… Pero parecía que a mi yo pasado eso no le importaba. Ni siquiera lo notaba. Miraba todo el rato al frente mientras iba comiendo lentamente de su bandeja.
Y así hasta irse a la cama, que se tumbó boca abajo, mirando al despertador y, lo que uno consideraría los cinco minutos para dormirse, según el reloj fueron casi un par de horas.
Cuando abrí los ojos, al despertarme, volvía a estar en la clase. Me giré, hacia la pizarra, pero Harry ya no estaba. Volví a mirar a mi yo pasado y atrás, pero tampoco estaba ahí.
-¿Matt? –Preguntó una voz a mis espaldas.
-¿Si? –Me giré y pude observar a Harry, solo que tenía algo cambiado y no sabía identificar el que-. ¿Dónde te habías metido?
-Te fui a buscar –su voz era algo más grave, apenas perceptible-, pero no te encontré.
-Entiendo… Pero ¿qué es lo que acaba de suceder?
-¡Ah, nada del otro mundo! Solamente te has metido en otro de tus recuerdos dentro de este recuerdo sin que yo me hubiera podido anexar.
-Ajá…
-Pero creo que he descubierto como arreglar las cosas –dijo, sonriente-, Matt. Y creo que esto te alegrará.
-Enséñamelo, pues.
-Claro. Coge mi mano.
Extendió su brazo y yo le cogí de la mano. Acto seguido volvimos juntos al recuerdo del accidente, pero no volviéndolo a vivir todo de nuevo. Solamente momentos antes de la explosión y, cuando esta tuvo lugar, Harry que parecía estar sentado atrás como podía, me indicó que abrazara a mi madre.
Y así hice, dejando de obedecer la norma que me impuso en un inicio de dejar que las cosas fluyeran, controlé mi cuerpo infantil y abracé a mi madre, quien también me abrazó a mí.
Cuando la cosa pareció calmarse, abrí los ojos y miré de reojo atrás. Harry ya no parecía estar. Luego miré arriba, observando a mi madre que ya había dejado de abrazarme tan fuerte, y vi como la comisura de sus labios formaban una pequeña sonrisa.


Espero que os haya gustado. Creo que pocos os esperaríais esto (ni idea, si os lo esperabais... os aplaudiría, francamente), pero aún así ¿qué os ha parecido? Espero que os guste, además de seguiros dejándoos con la intriga de "¿qué pasará ahora?" para que sigáis leyendo esta pequeña serie. Así que, como siempre, podéis ir diciendo lo que os parece y demás comentando, valorando, opinando, etcétera, etcétera. Y hago un pequeño aviso de que, dentro de pocos capítulos (ya veréis porque), seguramente se modifique un poco el estilo de narración y el narrador, pero no os digo más.


   ¡Un saludo y hasta la próxima!

miércoles, 6 de marzo de 2013

Te quiero

Buenas noches queridos lectores. Por decirlo de alguna manera, pensé que esta semana debía colgar dos relatos en lugar de uno (por lo de la semana pasada), y eso haré. Os colgaré ahora mismito un relato que acabo de escribir y que espero que os guste.
Aunque antes de nada, quisiera aclarar que, como el anterior, está escrito todavía teniendo fiebre (y a lo mejor alguien, cuando lo lea, puede pensar que está relacionado, quién sabe...). También cabe destacar que no soy propenso a publicar aquí en el blog relatos como el que voy a publicar ahora, pero no me refiero a temática concretamente, sino a la manera de escribirlo (ya lo veréis cuando lo empecéis a leer) y, por último, esta vez la cursiva no aparecerá en todo el relato ya que hay una frase en cursiva que es importante (y, francamente, en cursiva y negrita quedaría algo mal). Así que bueno, os cuelgo ya el relato, aunque a nivel de "darlo a la luz" (página de Tuenti, Twitter, Facebook, Bubok, etcétera), seguramente lo colgaría mañana (además de que empieza ya a ser algo tarde).
Pero no me enrollo más (creo que esta será la frase que aparezca más veces en mi blog, no sé, es solo un presentimiento) y os dejo ya con la lectura. Espero que la disfrutéis.


Su olor impregnó mi olfato.
Su piel rozó mis labios. Provocándome un suspiro.
Sus ojos entrecerrados me observaron.
Su boca se abrió levemente, también jadeó. Al contacto de mis dedos.
Mis manos vagaron por su cuerpo. Acariciándolo.
Mis labios se deslizaron por su piel. Besándola.
Mis ojos se iban cerrando. Inmortalizando este momento.
Mi respiración se enlentecía mientras mis pulsaciones aumentaban.
Un gemido ahogado.
Sus dedos se enredaron en mi cabello, apretando con algo de fuerza.
Mis manos masajeaban suavemente sus muslos. Interiormente.
Sus labios se entreabrían, jadeantes.
Mis besos aumentaban la intensidad. Como el calor del momento.
Otro gemido. Esta vez más sonoro.
Mi humedecida lengua recorrió su vientre. Lentamente.
Sus manos acariciaban, con ternura y ansias, mi espalda.
Me detuve. En sus pechos. Provocando que jadeara más.
Abrí, lentamente, mis ojos. Mirándola al alzar la vista.
Ella me sonrío. Jadeante. Y yo continué.
Un tercer gemido. De sorpresa. De placer.
Ahogado rápidamente, a causa de un beso.
Un beso donde se entremezclaron, lentamente, ambas lenguas. Uniéndose.
Uniéndose pasionalmente.
Abrió los ojos de golpe. Otro gemido.
Luego los cerró. Y me abrazó con fuerza.
Acompañándome en ese compás.
Un compás donde nuestros cuerpos se unían en uno solo.
Un compás donde nuestras almas, individualizadas, pasaban a ser una.
Un compás que marcaba el ritmo de la pasión del momento.
Que marcaba el ritmo de nuestro amor.
Acompañado de jadeos.
Acompañado de palabras.
Acompañado de gimoteos.
Pero, siempre, guiado e impulsado por una frase:
Te quiero.


Bueno, ¿qué os parece? Espero que os haya gustado y, francamente, después de unos anteriores relatos algo más chocantes, poner algo (que al menos yo considero) bonito, de vez en cuando no está de más. ¿Vosotros que opináis? Y sobre la manera en que lo he escrito (¡que está pensado como narrativa, es decir, relato, no verso, eh!), ¿qué os parece? Francamente es un asunto que me gustaría recibir vuestras opiniones aunque fueran vía e-mail como ya he recibido más de una. Aunque podéis hacerlo también mediante comentarios o, simplemente, hacer unos rápidos clics y listo (aunque en este caso prefiero la primera opción, no sé).
Y bueno, ahora si que creo que me despediré hasta el fin de semana que subiré la continuación del último capítulo de Un bar cualquiera (a no ser que esto empeore, que en todo caso os intentaré avisar con más antelación que esta última vez).


Así que... Hasta la próxima y un saludo~

Profesionalidad ante todo

Buenas tardes queridos lectores, hoy me encuentro algo mejor (a pesar de seguir con fiebre y tal), así que os cuelgo un relato que escribí ayer (y hoy he repasado, no fuera que hubiera alguna "locura" al tener fiebre y tal. Pero por lo que he visto, creo que no. Solamente he cambiado un pelín de cosillas pero apenas perceptible.
Así que bueno, aquí os dejo con el relato y espero que lo disfrutéis. Y de veras, cuando esté al 100% de mis facultades (ya más me gustaría a mi colgar tantos relatos como pudiera sin retraso alguno debido a esta dichosa fiebre junto al dolor de cabeza, mareo y demás que llevo encima desde el viernes de la semana pasada...), por lo que no me enrollaré más y os dejaré con el relato. Espero que os guste y lo disfrutéis.


Dio un salto atrás y rodó a un lado mientras desenfundaba la cuchilla de su bota. Antes de que se pudiera girar completamente, la fina y brillante hoja le rebanó la garganta y la sangre empezó a brotar de su cuello cual a fuente.
El hombre, en un intento desesperado e inútil, se llevó las manos al cuello, intentando apretar la herida, pero lo único que conseguía hacer era asfixiarse además de seguir desangrándose. En unos segundos cayó al suelo. Inerte. Muerto.
En un giro de muñeca la cuchilla volvió al escondite de la bota tras limpiarse con la ropa del cadáver y la muchacha se levantó.
Miró al frente y calculó la distancia que le debía quedar para el siguiente objetivo. No demasiado lejos, le dieron los resultados. Por lo que, pulsando unos pequeños botoncitos de un panel de su brazo derecho, salió un gancho disparado de debajo de su antebrazo que atravesó la pared del frente y llegó al segundo objetivo, atravesándole el pecho.
Al confirmar que había dado de lleno al escuchar el grito de dolor, tiró el brazo hacia atrás con un movimiento brusco y el tipo salió disparado contra la pared, estampándolo de bruces. Sin dudar un instante, soltó la cadena de su traje y la clavó al cadáver del suelo, todavía caliente.
El tipo intentó librarse, empujándose hacia el lado contrario de la pared pero, para cuando se apartó lo suficiente para ver la cadena, la voz femenina de una mujer llenó sus pensamientos y, pocos segundos después, un grito ahogado se escapó de su boca, pues una daga le había atravesado la espalda, llegándole justamente al corazón.
Este cuerpo no llegó a caer al suelo gracias a la cadena. Pero a ella tanto le daba como quedaran los cuerpos. Lo importante era el objetivo final y, quien se interpusiera en el camino solamente era un estorbo que debía ser eliminado cuanto antes.


¿Y bien? ¿Qué os ha parecido? Sé que seguramente no será nada del otro mundo (y menos escribiendo enfermo, que he de admitir que me afecta...), pero al menos espero que os haya gustado. Ya sabéis de más que podéis opinar, comentar, etcétera, etcétera, aquí abajo. Y me despidiré ya, pero antes: gracias por vuestra paciencia y, de nuevo, disculpas por no poder estar al 100% con esto...


Un saludo y hasta la próxima~

domingo, 3 de marzo de 2013

Notificación

Buenos días queridos lectores, sé que esta semana de momento no he colgado nada, pero eso se debe a que el miércoles no me encontraba del todo fino y el jueves ya empecé a pillar algo, haciendo que esté desde ese día con fiebre rondando los 38'5º, así que siento haber esperado a final de la semana para subirlo, por lo que si hoy me encuentro algo mejor subiré algún relato y tal, pero tampoco me encuentro del todo fino...
Es por ello que os pido disculpas (después de vete a saber cuánto tiempo), por no haber subido nada.
De veras, mis más sinceras disculpas.

Un saludo y hasta cuando me encuentre algo mejor.