¡Buenos días estimados lectores! A ver si puedo seguir esto de ir subiendo entradas de buena mañana más a menudo. Y al final no subí la continuación de la serie semanal (Un bar cualquiera) ya que las visitas y opiniones... No me pareció suficiente. Y no, no es por egoísmo, sino que a veces "lo que uno quiere, algo le cuesta" y, simplemente, pedía algún "twitteo" más. O, al menos, más de un par de votos en las reacciones. Pero en fin, este miércoles/jueves subiré la continuación y, como es también algo corta, quizá haga dos capítulos juntos. Pero ya veré, como bien sabéis eso depende de vosotros.
Pues bien, pasemos al relato de hoy, titulado "Buitres".
Este relato lo escribí el otro día, no hace mucho, y quizá bastantes vayáis a saber la temática con solo leer el titulo, aunque sino, una vez leído el relato, creo que quedará bastante claro...
Así que aquí os lo dejo, espero que os guste.
Un golpe. Luego otro.
Seguido de un tercero. Continuando por un cuarto. Así, día a día. Momento por
momento. Recibiendo golpes, una y otra vez. Un no parar. Hasta que, uno de esos
días, decidió detenerlo.
Al principio no le
funcionó para nada. Salió aún más malparado, ya que los golpes se doblaron en
cantidad y fuerza. Haciendo que se replanteara la idea de volver a rebotarse.
Pero, aún así, volvió a hacerlo.
Se alzó de nuevo,
deteniendo uno de sus porrazos. Dicha acción les pilló por sorpresa, ya que
pensaba que con la última vez lo habían dejado suficientemente claro pero, al
ver que no fue así, volvieron otra vez con una reprimenda mayor a la anterior.
Esta vez no se acható. La recibió con todas las cabezas bien altas.
Cayó más de uno ante esa
fuerza y opresión, pero muchos aguantaron. Y, cuando los golpes parecieron
suavizarse, detenerse momentáneamente, actuaron.
Los guardias habían
comprendido que no podrían oprimirlos por siempre, aunque fuera a las órdenes
de otro. Comprendieron que, aquellos que recibían los golpes, sus golpes,
también los recibían por ellos. Así que, no solo les dejaron pasar, sino que se
unieron a ellos.
Hubo más golpes, si. Pues
no todos se unieron. Aún había fieles y creyentes a sus mandatos, a su ley y
orden. Gente que no veía más allá de eso y, por ello, lastimosamente
recibieron. Recibieron, por primera vez, los golpes que habían proporcionado
siempre.
No todos estaban a favor
de pagarles con la misma moneda, pero otros querían desahogar todo lo
comprimido. Por lo que más de un revés se soltó durante el asalto,
inicialmente, pacífico. Pero quienes les habían golpeado de buen inicio solo
sabían hacer eso, apalear. Y, por ello, algunos se les unían.
Hasta que llegaron a la
gran sala. Donde se encontraban ellos.
Los que controlaban mucho más allá de hasta donde la vista alcanzaba.
Al principio temblaron.
Sus caras estaban desfiguradas. Mostraban un pánico y terror puro. Lo único
sincero que les habían mostrado hasta ahora.
Los pueblerinos se
acercaron. Ellos, como liebres, retrocedieron asustados. Ninguno de los presentes
alzó la mano. Simplemente bastaron unas miradas. Unas miradas que decían “por
fin hemos logrado llegar aquí y, ahora, ya sabéis que podemos volver a llegar”.
No hizo falta nada más que un paso para que, esas ratas corrompidas por el
poder, se empezaran a pelear entre ellas. Traicionándose por salvar su pellejo.
Uno de la muchedumbre les
escupió y, ellos, volvieron a mirar al pueblo. A su pueblo. Y observaron la
imagen que sus mentes nunca olvidarían, pues a la mañana siguiente fueron
desterrados. Exiliados de sus propios dominios.
¿Su crimen? No tener
nunca suficiente.
Bueno, ¿les gustó? Espero que si, además de haber leído entrelineas. Pero bueno, cada uno a su gusto. Aún sigo mirando de como "arreglar" lo de melancólico en Reacciones, que me está costando más de lo que pensaba, pero sino ya sabéis: lo que aparece cortado es "Melancólico" y está dentro de las reacciones para valorar la entrada y el relato.
Así que esto es todo por hoy, nos vemos el siguiente día con la continuación de la serie que, espero, que os esté gustando.
¡Un saludo y hasta la próxima!
No hay comentarios:
Publicar un comentario