Como bien toca hoy, subo un nuevo capítulo de un bar cualquiera, continuando lo del último con la segunda parte (que espero que os gustase, aunque ya veréis que todo cobra sentido a pesar del cambio radical). Y bueno, hoy no tengo demasiado que contar francamente, por lo que os dejaré directamente con el capítulo diciéndoos que disfrutéis de la lectura.
¿Qué es el bien? ¿Qué es el mal? Es algo que me he preguntado un montón de
veces, pero hasta hace bien poco no he podido sacar una conclusión tan clara.
No es nada calificable, pues ambos se mueven por lo mismo: el interés de las personas
para lograr algo.
Lo sé, sé que algunos diréis que las cosas buenas son para un fin común y
las malas para uno egoísta, pero, ¿alguna vez has parado a pensar si el asesino
cree que lo que hace está mal? ¿Alguna vez ha parado a pensar el policía que el
ladrón que ha detenido robaba para alimentar a su pobre familia? Entonces, ¿qué
está bien? ¿Privar a alguien de su vida? ¿Por qué? ¿Y si haciéndolo se evitan
otras muertes? ¿Privar a alguien de obtener comida aunque sea robada? ¿Por qué?
¿Y si es para alimentar a sus hijos que hace casi una semana que no comen apenas
nada?
Éste, entre otros, es uno de los motivos que me condujo a actuar como actúo
hoy día. No diré que lo que hago está bien, pero tampoco diré que está mal.
Simplemente, afirmaré, que me muevo por mi interés y el de mis iguales.
Aún así, en caso de que el interés de otra persona colisione con el mío,
siempre existe la negociación, un punto medio donde esté el interés de ambas
personas. Como hacen los mercenarios: alguien necesita quitarse a una persona
de en medio, pero él no puede hacerlo. Alguien disfruta eliminando gente, pero
si lo hiciera sin más sería considerado un asesino. Ambas personas se
encuentran, uno le cuenta el problema al segundo. El segundo le cuenta el
problema al primero. Llegan a un acuerdo, es decir, negocian y, así, ambos
logran satisfacer sus intereses.
Pero, ¿por ello el mercenario es malo? Simplemente hacía su trabajo.
¿Entonces el otro individuo es el malo? Tampoco, simplemente seguía sus
intereses que a lo mejor a la larga eran beneficiosos no únicamente para él.
Es por esto, que en el fondo, quiera uno verlo o no, nada nunca será
totalmente malo o totalmente bueno, pues dichos conceptos nunca han existido
plenamente.
Y, es por ello, que sencillamente actúo por interés. Sea “bueno” o “malo”.
Marcus abrió la puerta de un puntapié. El edificio estaba
abandonado desde ya hacía más de un año, por lo que decidimos ocuparlo tras
adaptarlo a nuestros gustos acomodándolo como si fuera nuestro hogar, pero no
iba a ser nuestro hogar. No. Iba a ser nuestra Madriguera, por lo que lo
dejamos tal cual casi todas las habitaciones, a excepción del sótano, el cual
agrandamos y fuimos mejorando, añadiendo muebles y demás, pero no de manera
elegante, ¿qué clase de Madriguera iba a ser, sino? Lo amueblamos como tal: muebles
viejos pero útiles y con escondrijos donde guardar parte de nuestro pequeño
arsenal personal además del dinero. Sí, en el fondo era casi un escondite
cualquiera de unos ladrones de poca monta, pero porqué lo habíamos elegido así,
pero a nivel tecnológico no se quedaba corto, ya que no había rincón alguno del
lugar que no estuviera constantemente controlado por las cámaras de seguridad.
Pero la Madriguera era lo de menos, ya que la mayoría de tiempo lo pasábamos en
la calle o en el bar. Las visitas a ésta eran contadas, solo para ocasiones
especiales.
-¿Cuántos llevas ya, Storm?
-Insuficientes.
-Pero Matt, esta semana habrás liquidado como a veinte
tipos de esos. Creo que te estás volviendo paranoico.
-Vuelve a repetir eso –cogí a Andrew por el cuello de su
camiseta-, y te juro que no me hago responsable de mis actos.
-Eh, eh, eh –Marcus se interpuso, cogiéndome suavemente
del hombro-. Suelta a mí hermano, Storm. Solamente se ha preocupado por ti.
Bufé y lo solté. En el fondo eran las únicas personas en
las que podía confiar y no podía perderlos, eran bastante valiosos como
compañeros. Pero no entendían que yo corría un peligro constante del cual ellos
estaban excluidos. Por eso debía seguir con lo que tenía entre manos. Porque si
no los cazaba yo, ellos me cazarían a mí.
Bajamos al sótano, guardamos el dinero en su
correspondiente lugar y cogimos algo de munición, luego volvimos a subir y nos
separamos, como solíamos hacer ya que, para la propia seguridad y que no nos
pillaran nada, era mejor pasar la mayoría de tiempo separados. Si teníamos que
hacer algo juntos, ya me encargaba de que fueran al sitio indicado a la hora
indicada. Por algo soy capaz de manipular y controlar el tiempo.
Pero lo de separarnos no me interesaba solamente por no
ser descubiertos, claro que no. Sino que también me interesaba por el hecho de
que podía sacarle más partido a mis habilidades sin tener que estar pendiente
de ellos. Además de investigar por mí cuenta sobre cierto asunto que llevaba
acosándome muchísimo tiempo.
Miré los papeles que el hombre había dejado encima de la
mesa de la cafetería y luego le miré a los ojos.
-¿Cuánto va a ser esta vez? –pregunté, directo.
-Pensé en diez de los grandes –se apoyó en el respaldo
del asiento-. Ya sabes que me juego mucho con esto.
-Sí, lo sé.
-¿Entonces te parece bien?
-Por ahora, además… nunca me has fallado hasta el momento
y tu información ha sido fiable.
-Bien. Pues acompáñame.
Ambos nos levantamos, dejando un par de billetes por los
cafés, y le seguí a la parte trasera del edificio, donde estaban los coches
aparcados.
Me guió hasta un pequeño coche y abrió el maletero.
Dentro había un individuo, atado y amordazado. Pero no estuvo consciente por mucho tiempo, pues perdió la consciencia nada más recibir un golpe con la culata de mi revólver.
Bueno, ¿qué os ha parecido? Quizá este Matt Storm tiene demasiadas cosas ocultas en su vida pasada y actual, es posible. Pero dichas cosas se irán descubriendo poco a poco a lo largo de la historia y, cuando se desvelen, descubriréis que todo tiene un porqué. Pero mejor no digo nada más, ya que sino me arriesgo a "chafar" las continuaciones e incluso parte del final. Por lo que me despediré ya recordando que ya sabéis de más que podéis comentar, opinar, valorar y lo que creáis conveniente sin problema alguno.
¡Un saludo y hasta la próxima!
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