La búsqueda de la libertad comienza al final de esta botella, me digo,
con credulidad. Y es entonces cuando la apuro, cuando la observo, cuando el
contenido, ya vertido desde hace largos minutos, me susurra por el cuerpo que
quizá su prisión no sea la adecuada, que quizá debiera buscar en otra celda,
liberar otra tapa, y meter su líquido por la ya ardiente garganta, insensible
al escozor.
miércoles, 22 de febrero de 2017
Y yo le hago caso.
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