domingo, 25 de mayo de 2014

Voces

“¿Escuchas las voces? ¿Las escuchas? Yo sí. O no, quizá no. A lo mejor son pensamientos. ¿Los pensamientos hablan? Sí, supongo. Es decir, ¿sino cómo sabría que son pensamientos? Porque si no hablasen, ¿qué serían? Aunque bueno..., quizá los pensamientos no hablan y lo que habla no son pensamientos. ¿A ti te hablan? Los pensamientos, digo. Quizá sí y crees que no. O quizá no y crees que sí. ¿Realmente estas voces son pensamientos diversos o son otra cosa? ¿Cómo puedo estar seguro si tú tampoco lo estás? Dicen que escuchar voces no está bien. ¿Y si lo que no está bien es no escucharlas porque tu cabeza está hueca? ¿Entonces qué? ¿Cómo puedo saber que esto es así y no de otra manera? Porque a lo mejor mi cabeza está hueca también y las voces son un simple eco del exterior que resuena eternamente y va llegando con el paso del tiempo. Sí, es posible. Aunque quién sabe, ¿no? Es decir, ¿has estado tú en mi cabeza para afirmar que son voces lo que oyes? ¿He estado yo en la tuya para afirmar que son voces lo que escucho? O para negarlo, claro. Que también puede ser que no lo sean. Pero espera, un momento. Si no son voces o si sí son voces, en todo caso, ¿a quién le estoy hablando?”

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