miércoles, 6 de marzo de 2013

Profesionalidad ante todo

Buenas tardes queridos lectores, hoy me encuentro algo mejor (a pesar de seguir con fiebre y tal), así que os cuelgo un relato que escribí ayer (y hoy he repasado, no fuera que hubiera alguna "locura" al tener fiebre y tal. Pero por lo que he visto, creo que no. Solamente he cambiado un pelín de cosillas pero apenas perceptible.
Así que bueno, aquí os dejo con el relato y espero que lo disfrutéis. Y de veras, cuando esté al 100% de mis facultades (ya más me gustaría a mi colgar tantos relatos como pudiera sin retraso alguno debido a esta dichosa fiebre junto al dolor de cabeza, mareo y demás que llevo encima desde el viernes de la semana pasada...), por lo que no me enrollaré más y os dejaré con el relato. Espero que os guste y lo disfrutéis.


Dio un salto atrás y rodó a un lado mientras desenfundaba la cuchilla de su bota. Antes de que se pudiera girar completamente, la fina y brillante hoja le rebanó la garganta y la sangre empezó a brotar de su cuello cual a fuente.
El hombre, en un intento desesperado e inútil, se llevó las manos al cuello, intentando apretar la herida, pero lo único que conseguía hacer era asfixiarse además de seguir desangrándose. En unos segundos cayó al suelo. Inerte. Muerto.
En un giro de muñeca la cuchilla volvió al escondite de la bota tras limpiarse con la ropa del cadáver y la muchacha se levantó.
Miró al frente y calculó la distancia que le debía quedar para el siguiente objetivo. No demasiado lejos, le dieron los resultados. Por lo que, pulsando unos pequeños botoncitos de un panel de su brazo derecho, salió un gancho disparado de debajo de su antebrazo que atravesó la pared del frente y llegó al segundo objetivo, atravesándole el pecho.
Al confirmar que había dado de lleno al escuchar el grito de dolor, tiró el brazo hacia atrás con un movimiento brusco y el tipo salió disparado contra la pared, estampándolo de bruces. Sin dudar un instante, soltó la cadena de su traje y la clavó al cadáver del suelo, todavía caliente.
El tipo intentó librarse, empujándose hacia el lado contrario de la pared pero, para cuando se apartó lo suficiente para ver la cadena, la voz femenina de una mujer llenó sus pensamientos y, pocos segundos después, un grito ahogado se escapó de su boca, pues una daga le había atravesado la espalda, llegándole justamente al corazón.
Este cuerpo no llegó a caer al suelo gracias a la cadena. Pero a ella tanto le daba como quedaran los cuerpos. Lo importante era el objetivo final y, quien se interpusiera en el camino solamente era un estorbo que debía ser eliminado cuanto antes.


¿Y bien? ¿Qué os ha parecido? Sé que seguramente no será nada del otro mundo (y menos escribiendo enfermo, que he de admitir que me afecta...), pero al menos espero que os haya gustado. Ya sabéis de más que podéis opinar, comentar, etcétera, etcétera, aquí abajo. Y me despidiré ya, pero antes: gracias por vuestra paciencia y, de nuevo, disculpas por no poder estar al 100% con esto...


Un saludo y hasta la próxima~

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