miércoles, 13 de marzo de 2013

¡Dejadme despertar!

¡Buenas noches queridos lectores! Hoy os traigo otro sueño que tuve. Concretamente esta mañana cuando estaba medio despierto - medio dormido y que han sido los primeros tuits que he publicado en Twitter. Aún así, para quien no los haya leído o, simplemente, para quien quiera releerlo pero todo narrado mejor y repasado como hago con los sueños relatados antes de publicarlos en el blog, aquí lo podréis encontrar.
¡Pero antes de eso tengo que notificaros algo importante! El jueves de la semana que viene me voy a Londres de viaje de fin de curso y no volvería hasta el domingo (tarde, muy tarde) y dependiendo de las notas no sé si el lunes siguiente o el martes viajaría a cierto lugar (muy especial para mi, siendo francos), hasta el siguiente domingo o, incluso, hasta el lunes. Es por ello que si tengo tiempo publicaré el siguiente capítulo de Un bar cualquiera por anticipado, pero como podréis ver algunos que me sigan en Twitter tengo exámenes por doquier (y aun gracias que encuentro tiempo para escribir), así que intentaré hacer lo que pueda. Aunque al menos ya he cumplido al avisar, pero eso si, una vez finalizada la semana santa o por ahí ya os digo que el blog volvería a funcionar con total normalidad.
Bueno, una vez hecho el comunicado, aquí os dejo el sueño de hoy.


Un sonido extraño me obligó a abrir los ojos y mirar mi mesilla de noche. No sabía qué era exactamente ese ruido, pero cuando miré el teléfono móvil me sorprendí; una enanita, como si de una duendecilla se tratara, estaba encima del aparato e iba bloqueando éste siempre que se encendía para que sonara el despertador y, así, me despertara.
Yo, curioso, bajé mi cabeza y le pregunté (consciente de que mi cuerpo real seguía dormido) "¿Por qué haces esto? ¿Por qué no quieres que me despierte?", a lo que ella me contestó con una fina y chillona vocecita "¡Estoy enfadada! Estoy enfadada porque, el tonto de mi novio, se ha atrevido a pedirme matrimonio en un restaurante muy triste con un anillo muy barato. ¡Mira que cutre puede llegar a ser!". Yo, extrañado, pensé en qué culpa tenía de eso, pero continuó hablando: "Y si tú no lo arreglas... ¡No dejaré que te despiertes nunca!", me amenazó.
Yo, que no tenía nada que ver con el asunto y sabía de más que si no me despertaba llegaría tarde a clase, la cogí del cuello del jersey, por la parte de atrás, y la puse frente al enanito que parecía algo tristón y, con un tono algo mosqueado, les repliqué "Ahora casaos, sed felices ¡y dejad de tocarme la moral!". Ambos enmudecieron inmediatamente y se miraron.
Por mi parte, volví al móvil, lo cogí y observé como sonaba el despertador. Despertándome.

Quizá os preguntéis qué pasó al final con esos dos. Pues francamente no tengo ni idea y tampoco me importa demasiado, no era mi problema.


Bueno, ¿qué os ha parecido? He de admitir que es la primera cosa que escribo directamente en el blog, sin usar word previamente ni nada, únicamente los cuatro tuits en que publiqué el sueño esta mañana. Nada más. Así que bueno, si os ha gustado, podéis comentarlo, opinar, valorar y demás abajo, como siempre. Y, francamente, este sueño casi podría escribirse como un cuento, quizá me lo plantee en un futuro. Quien sabe, pero tranquilos, ya os informaría sobre el caso. Pero bueno, me despido ya y espero que os haya gustado.


¡Un saludo y hasta la próxima!

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